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ABC CORDOBA 21-07-2012 página 77
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ABC CORDOBA 21-07-2012 página 77

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ABC SÁBADO, 21 DE JULIO DE 2012 abc. es estilo ABCdelVERANO 77 ESTAMPAS DE HISTORIA ANDALUZA POR JOSÉ CALVO POYATO Colón y las Capitulaciones de Santa Fe H asta que Granada no se entregó a los Reyes Católicos mediante capitulación, poniendo con ello el punto final a la Reconquista, en la corte no se prestó mucha atención a las propuestas de un navegante llamado Cristóbal Colón que, años atrás, había llegado al monasterio franciscano de Santa María de la Rábida, en tierras de Huelva procedente de Portugal. Lo acompañaba su hijo Diego habido de su matrimonio con la portuguesa Felipa Moniz de Perestrello, hija del gobernador de las Azores. En Lisboa había fracasado en su intento de convencer a los portugueses de la viabilidad del proyecto que traía a la corte de los Reyes Católicos: llegar a oriente navegando hacia occidente. Es decir, adentrarse en las peligrosas aguas del Mar- Océano, conocido entonces como Grabado sobre las el Mar Tenebroso a cauCapitulaciones de Santa Fe sa de las espeluznantes historias que se contaban acerca de los monstruos que poblaban sus aguas. En la corte de Lisboa se había decidido no aventurarse ante una propuesta tan arriesgada, después de haber invertido grandes caudales y esfuerzos en la búsqueda de la ruta hacia oriente, mediante el procedimiento de navegar a cabotaje, bordeando la costa africana a partir de numerosos viajes que impulsaban desde la base naval de Sagres. En el cenobio franciscano se les dio calor y cobijo tanto a él como a su hijo y algunos de sus frailes, como los padres Juan Pérez y Antonio de Marchena se entusiasmaron con su idea. Pero en la corte, ante la prioridad de los asuntos militares, el proyecto no encontró la acogida que Colón esperaba. El objetivo principal de los reyes era en aquel momento poner punto final a la presencia Terminada la guerra, se abrieron nuevas perspectivas y su proyecto fue tomado en consideración, gracias a los buenos oficios que ante la reina ejercieron los padres Marchena y Pérez, y también a la opinión favorable del secretario del rey Fernando, Luis de Santángel, un converso que vislumbró el negocio material que la empresa podía reportar. Tras arduas discusiones acerca del reparto de los beneficios de la empresa, el proyecto de Colón recibió el impulso definitivo. El 17 de abril de 1492, de un estado musulmán en la penín- pocas semanas después de la entrasula Ibérica. También influyó en da de los reyes en Granada, se el escaso aprecio que la profirmaron en Santa Fe unas capitulaciones donde puesta de Colón- -fue tachado de visionario- -quedaban recogidos MENCIÓN encontró en una junlos acuerdos alcanSegún estas ta de expertos reuzados entre los mocapitulaciones, a nidos en Salamannarcas y el naveCólo se le otorgaban ca. Fueron años gante, principaldifíciles para Comente acerca de los títulos de lón quien por los beneficios que almirantes de Maraquellas fechas para el segundo se Océano, virrey y mantuvo una reladerivarían de su gobernador ción sentimental con viaje. la cordobesa Beatriz En virtud de dichas Enríquez de Harana, con capitulaciones a Colón la que tuvo un hijo, Hernanse le otorgaban los títulos do Colón, y a la que estuvo ligade almirante de la Mar- Océano, do sentimentalmente el resto de su también se le daba el virreinato y la vida, aunque nunca contrajeron ma- gobernación general de todas las tietrimonio. rras que se descubriera o ganara a lo largo de su vida. Dichos títulos tendría no sólo carácter vitalicio después de muerto, a sus herederos y sucesores de uno en otro perpetuamente, con todas aquellas preeminencias y prerrogativas perteneciente al tal oficio... Así mismo propondría ternas a los reyes para los regimientos de las tierras descubiertas. Más allá de los cargos y preeminencias se le otorgaba el diezmo de cualquier mercadería de toda especie que se compraren, trocaren, hallaren, ganaren y hubieren dentro de los límites del dicho almirantazgo Se le otorgaba igualmente la capacidad de decidir por sí mismo o por su teniente en los pleitos a que diera lugar el comercio y la actividad económica derivados del descubrimiento y también que pudiera participar con un octavo en el apresto de los barcos. En realidad, los reyes estaban haciendo unas concesiones exorbitantes, fruto del desconocimiento de las consecuencias que se derivarían del viaje que iba a emprenderse. Cuando poco después se vislumbró la magnitud de las mismas, los reyes no cumplieron buena parte de lo estipulado en aquel documento firmado en la pequeña villa, nacida al calor del asedio a que fue sometida Granada y buena parte de las capitulaciones quedaron en agua de borrajas. ABC

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