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ABC CORDOBA 04-06-2012 página 56
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56 ABCdelDEPORTE Fútbol LUNES, 4 DE JUNIO DE 2012 abc. es ABC Los magnates asiáticos fichan para sus clubes a importantes futbolistas como Anelka o entrenadores como Marcelo Lippi EL PATO MAREADO Vivimos en Matrix China, nuevo El Dorado C C PABLO M. DÍEZ CORRESPONSAL EN CHINA hina está desplazando a los países petroleros del Golfo Pérsico como el nuevo El Dorado para las estrellas del fútbol. Pero al gigante asiático ya no vienen sólo astros en sus últimos años de carrera, sino figuras de prestigio seducidas por su poderío económico. Hasta ahora, el fichaje con más renombre de la Superliga, la máxima competición en este país, es el francés Nicolas Anelka, que a sus 32 años milita desde enero en el Shanghái Shenhua. Contratado por dos años, el diario galo L Equipe calcula que su ficha podría llegar a los 11,4 millones de euros por temporada. Como se rumorea desde hace meses, a Anelka puede unirse su antiguo compañero del Chelsea Didier Drogba. Aunque el costamarfileño tiene ya 34 años, acaba de darle al equipo inglés la Champions que tanto ansiaba Roman Abramovich y el Shanghái Shenhua le ha prometido 300.000 euros semanales frente a los 98.000 que ofrece la Juventus. La corrupción alcanza a Oriente Las apuestas futbolísticas, legales o no, generan según la FIFA entre 400.000 y 500.000 millones de euros al año, de los cuales 15.000 se van en partidos amañados. En China, los últimos casos han revelado la podredumbre de todo el sistema. El antiguo director de los colegiados fue condenado a 12 años de cárcel por aceptar 24 sobornos por valor de 344.365 euros. Por su parte, al vicepresidente de la Asociación China de Fútbol le cayeron 10 años y medio entre rejas por cobrar 157.676 euros de hasta 20 clubes para amañar los resultados. Una trama de corrucpión que ha manchado hasta a su selección: cuatro antiguos internacionales han sido acusados de arreglar un partido de liga en 2003. do argentino Darío Conca en uno de los jugadores mejor pagados del mundo (8,1 millones por temporada) Curiosamente, ninguno de ellos es internacional con sus respectivos países. En consonancia con el declive económico de Occidente y el auge de Asia, tras los clubes chinos se hallan adinerados magnates que no dudan en invertir al más absoluto fondo perdido. Hundido por los constantes escándalos de corrupción, el fútbol chino ha ido perdiendo seguidores de forma alarmante. Los ingresos del Shanghái Shenhua (estimados en 2,5 millones de euros anuales) no darían ni para una semana de sueldos, pero el dinero sigue fluyendo. Además de reconocimiento y prestigio social, los clubes podrían estar buscando poder para afianzar sus negocios, porque el próximo presidente de China, Xi Jinping, es un forofo del fútbol. El club está haciendo todo lo posible para traer a Drogba reconocía la semana pasada el nuevo entrenador del Shenhua, el argentino Sergio Batista, que ganó el Mundial de México 86 con Maradona y como técnico llevó a su selección olímpica al oro de Pekín 2008. Tras menos de cinco meses en el cargo, Batista sustituye a Jean Tigana, otro histórico del fútbol galo que, junto a Platini, arrebató la Eurocopa del 84 a España. Anelka, que se había hecho con las riendas del equipo tras la destitución en abril de Tigana, no ha visto con buenos ojos la llegada del nuevo técnico. Además de Camacho, seleccionador de China desde el pasado verano, el último en llegar a la Superliga ha sido Marcelo Lippi, que entrena al líder del torneo, el Guangzhou Evergrande. Avalado por el Mundial de 2006 que ganó con Italia y los cinco Scudettos de la Juve, Lippi cobrará unos 10 millones de euros anuales para llevar al club a un nivel superior, sin importar los resultados Junto al Shanghái Shenhua, al que no acompañan los resultados este año, el Guangzhou Evergrande está tirando la casa por la ventana para nutrirse de estrellas. Hace dos años, batió un récord al fichar al brasileño Miriqui por 2,7 millones de euros, pero poco después convirtió al desconoci- Camacho, seleccionador rece el fútbol en China. Corrupción. Crecen las apuestas en Italia. Corrupción. Ya hubo árbitros alemanes en el trullo, también por corrupción. Al final, solo va a quedar una: llamar a William Munny y que entre en local diciendo aquello de ¿Quién es el dueño de esta pocilga? y se ponga a repartir fuego purificador. Por aquí, que se sepa, la corrupción está en la política, eso sí, a patadas, pero también se intuye en el fútbol. Todos los años, a finales de temporada, suena aquello y lo de más allá, apaños, partidos vendidos, comprados, pero nadie acaba tirando de la manta, o porque solo son charlas de patio de vecinos, o porque no se puede probar o porque las autoridades prefieren mirar hacia otro lado. Lo más fuerte ha sido lo de Italia, pero huele a podrido por todos lados. Y antes o después va a saltar, sobre todo porque los periodistas ya no estamos solos. Hoy por hoy, todo el mundo es periodista en un momento dado: una foto en un reservado, una charla cogida en un bar... se monta en una red social y ya te han pillado con el carrito del helado. No habrá, pues, paz para los malvados, que ahora corren peligro allá donde intenten maquinar la trampa. Y eso que es difícil porque la han agudizado: ya no se apuesta a partidos ganados, ni a goles, se apuesta a quien hace el primer saque de banda, o a quien bota el primer córner o hace la primera falta. Es fácil: apuestas grandes cantidades, apañas al sacador en un punto escasamente conflictivo y ya te has forrado. Así es más complicado pillarte. Al final, va a resultar que todo el mundo conocido es mentira, que vivimos en Matrix y casi nada es de verdad. Bueno no, Jessica Biel sí es de verdad... Sobre estas líneas, Didier Drogba. A la izquierda, Nicolas Anelka y Marcelo Lippi JOSÉ MANUEL CUÉLLAR

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