ABC CORDOBA 31-05-2012 página 12

12 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA JUEVES, 31 DE MAYO DE 2012 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND MAFO, UN ERROR Fernández Ordóñez es una de las muchas joyas con dientes que le debemos al socialismo, y más concretamente a Pedro Solbes E N los últimos veinticinco años, degenerando, el Banco de España ha tenido como gobernadores a Mariano Rubio, Luis Ángel Rojo, Jaime Caruana y Miguel Ángel Fernández Ordóñez. Independientemente de rarezas e irregularidades de algunos de sus antecesores, el peor ha sido el último y convendría pedirle a San Carlos Borromeo, patrono del sector, que ilumine al Gobierno de Mariano Rajoy para que la sustitución del tristemente célebre MAFO no continúe el declive que marca la tendencia de sus predecesores. A diferencia de ellos, que eran personas de proximidad partidista pero no militante, Fernández Ordóñez ha hecho su carrera, más política que técnica, con el carné socialista en la boca. Procede de la Convergencia Socialista de Madrid, uno de los grupúsculos de izquierda que fagocitó el PSOE, en la que militaban Joaquín Leguina, Juan Barranco, Emilio Lamo de Espinosa y otros personajes de mejor memoria y mayor provecho del ya dimisionario gobernador, el hombre que, frente a la gran crisis financiera en curso, si pudo no quiso y si quiso no supo enfrentarse a la realidad y, sencillamente, cumplir con la tarea vigilante que, mejor que peor, siempre desarrolló el BdeE. La principal desde que perdió su función emisora. MAFO es una de las muchas joyas con dientes que le debemos al socialismo y, más concretamente a Pedro Solbes, que no quiso consensuar, como se debe, su nombramiento- -con el también fundamental del subgobernador- -y lo impuso, en aras de la mayoría absoluta, ejercitando una prerrogativa que, en las instituciones básicas del Estado, tiende a salir mal. El hermano pequeño y menos brillante del que fue titular de Exteriores con Felipe González, de Hacienda con Adolfo Suárez y de Justicia con Leopoldo Calvo Sotelo, es, por formación y experiencia, un hombre de la Economía, técnico comercial del Estado, que con ferocidad militante, ejerció como secretario de Estado con José Luis Rodríguez Zapatero y ahora, espoleado por los siseos en curso, dimite un mes antes del fin de su mandato. Pasará, como parte activa, a la historia de la calamidad financiera que el zapaterismo no quiso atacar en su momento y que, como gobernador, no evitó en lo posible con la energía responsable que exigen unas circunstancias como las presentes. No sé a qué viene el adelanto de la fecha de su relevo, que la transparencia no es moneda de curso legal, pero ojalá Mariano Rajoy, sus ministros especializados y sus poderosos consejeros áulicos acierten a nombrar para el BdeE un dúo sagaz en lo financiero, enérgico en la vigilancia y más atento a España que a cualquiera de los partidos en presencia. EXTERIOR DARÍO VALCÁRCEL EGIPTO Y LOS HERMANOS MUSULMANES Las pruebas de la modernización del islamismo se centrarán en los derechos de la mujer y en la reforma judicial E N medio de una corrupción sin límites, Egipto agrava sus tensiones, ocultas hasta ayer detrás de la dictadura. El pobre rey Faruk desapareció de escena en 1952, expulsado por Gamal Abdel Nasser. Desde entonces Egipto vive invadido por su ejército. Nada sin embargo es eterno: Hosni Mubarak cayó en febrero de 2011. Desde entonces, un poder militar provisional se articuló en torno al mariscal Mohamed Tantawi. Egipto es el país más poblado del mundo árabe, 84 millones de habitantes. Doble población y menos de la mitad de PIB de España. Estados Unidos y la Unión Europea siguen sus avances y retrocesos con atención máxima. El desorden, quizá fomentado por la policía desde la caída de Mubarak, se extiende por el Nilo, de sur a norte. La delincuencia ha tomado el río, es decir todo: asesinatos, venganzas, secuestros, violaciones... Una parte del país pide un cirujano de hierro. Surge Ahmed Shafik, general de aviación, primer ministro de Mubarak durante sus últimos meses. Shafik, dice, devolvería la calma al país en pocas semanas. Pero es una apuesta dudosa. Son las primeras elecciones democráticas en los últimos 5.200 años. La segunda vuelta se celebrará el 17 de junio. Delante de Shafik, 23, Mohamed Morsi, gana la primera vuelta por un punto, 24, candidato de los Hermanos Musulmanes. Morsi, ingeniero formado en Estados Unidos, tiene 60 años, 10 menos que Shafik. Los dos candidatos proponen una pacificación de Egipto. El general, por una vía distinta al ingeniero. Morsi es más sutil, más interesado en la integración, menos amenazante, con una poderosa máquina detrás. Egipto es de todos, afirmó el sábado, refiriéndose a la poderosa minoría cristiana, de 9 millones de coptos. Nosotros nunca prohibimos levantar iglesias cristianas. Dos días antes, Khairat al Shater, empresario y estratega de Los Hermanos, hablaba ante la cámara de comercio americana. Shafik sonríe no sin amargura: Es como si nuestros padres nos dijeran Esto está prohibido, niño: esto sí lo puedes hacer. Si llega al poder Fulano, se asegura, el país arderá en llamas... Pero el estado debe ser fuerte. Lo más fuerte... Los Hermanos, grande y varia organización creada en los años 1920, ha sobrevivido en la clandestinidad y se ha extendido dentro y fuera del país. No es un partido ni un movimiento religioso. Pero tiene elementos de megapartido y es fiel a una religión, la islámica naturalmente. Resistir durante 90 años a un poder férreo no es fácil. En el resultado influirán los votos del progresista laico Hamdin Sabahi, 20 por ciento, y del islamista Aboul Fotouh, 19. La nueva Constitución no se ha concluido. En las elecciones parlamentarias de diciembre, más del 70 por ciento votó a candidatos islamistas. Morsi y Shafik defienden la renovación de los acuerdos con Estados Unidos y el mantenimiento de los acuerdos de paz con Israel. Parece igual pero no lo es. La prueba de la renovación del islamismo se centrará en los derechos de la mujer. La corriente dominante en Los Hermanos no quiere que la Sharia moldee la constitución. Francia ofrece apoyo para reformar el poder judicial, Reino Unido para modernizar la policía.