ABC CORDOBA 26-05-2012 página 40

40 FERIA DE CÓRDOBA SÁBADO, 26 DE MAYO DE 2012 cordoba. abc. es ABC TOROS José María Manzanares da un derechazo al segundo de sus toros en la tarde de ayer, al que cortó una oreja AARÓN Sin resultar decepcionante, la corrida de ayer en Los Califas no cumplió con las expectativas que se habían marcado La honradez y la belleza Contracrónica Agustín Jurado icen los sabios que la decepción guarda en sus tripas dos emociones principales y primitivas. Son la sorpresa y la pena. La primera se sustenta en las espectativas generadas a priori sobre algo en lo que se deposita una esperanza o un deseo. La segunda culpa de su existencia a la materialización de la realidad que se expone. La corrida de ayer, sin llegar a definir una decepción rotunda, transitó en un sí pero no que ni convencía ni decepcionaba ni nada de nada. Con todo nos dejó algunas alegrías bajo la forma de un barroco capote de Morante de la Puebla, una honradez y predisposición a toda prueba por parte de José Luis Moreno y un destello de aroma a toreo bueno de la mano de un Manzanares que sin llegar ni de lejos a las alucinantes cotas del año pasado tuvo momentos ciertamente hermosos. Moreno ofreció dos versiones de sí mismo. En su primero terso y elegante jugando por momentos con las manecillas del reloj. Meció embestidas con lentitud y ligazón y disfrutó de la predisposición de un público que lo esperaba para agradecer su honradez. Se transformó en su segundo para ofrecernos una vertiente más fibrosa, dispuesta a no dejar pasar la oportunidad. Lástima, otra vez nos tenemos que conformar con la honradez que, como diría Cicerón, es siempre digna de elogio aún cuando no reporte utilidad ni recompensa ni provecho. Esa parece ser la recompensa al esfuerzo de Moreno en las últimas temporadas, la honradez, que no sé en cuántos contratos se traduce porque ser honrado no conduce a ninguna parte que aprecien los demás. Morante es el Barroco. Morante es un estado de ánimo que se sitúa más cerca del romanticismo que de cualquier otro sitio. Y ese estado romántico en el que habita es complicado de manejar y, sobre todo, de ex- D MORENO MUESTRA PREDISPOSICIÓN, MORANTE IMAGINACIÓN Y MANZANARES ESTÉTICA plicar. A veces ese ánimo lleva en volandas a toda la plaza hacia el delirio y otras resulta complicado hacerse entender. Transita en solitario, ausente, sin comunicación con el público, como en el primer toro, para luego abrirse de capote y transformarse en un torrente de imaginación y fantasía. Toda la obra es esclava de esa relación directa entre artista, público y estado de ánimo. Un enigma por momentos, una locura por otros. Seguro que no puede ser de otra manera, pues la ingesta de una faena entera de inspiración morantista seguro que produce monstruos. Nos prometíamos este año un nuevo festín Otra vez queríamos ver al hijo devorando a Saturno, pero en esta ocasión no pudo ser. Es cierto que Manzanares toreó bien a su segundo, pero no fue para tanto. Hubo pasajes de gran elegancia y la elegancia se alimenta de la belleza y la belleza produce la emoción, pero todo eso no llevó a ningún sitio. Esa belleza, esa capacidad para escoger lo estético, para ponderar de entre la barbarie lo que cada artista considera bello no puede hacerse de cualquier manera. La obra expuesta por Manzanares fue estéticamente bella pero no quedó completa. Faltó la emoción que produce la comparación de esa belleza con la desnudez de cómo se ha conseguido. El espectador, a fin de cuentas, valora lo bello, pero también la honradez, la colocación comprometida, ante un toro de verdad. Y ayer Manzanares toreó muy bien, pero faltaron algunas cosas indispensables. Ayer todo fue un sí pero no.