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ABC CORDOBA 21-05-2012 página 42
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ABC CORDOBA 21-05-2012 página 42

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42 FERIA DE CÓRDOBA LUNES, 21 DE MAYO DE 2012 cordoba. abc. es ABC TOROS El mal tiempo y el escaso juego ofrecido por el ganado deslucen la primera de feria Un helado aburrimiento Contracrónica Agustín Jurado ara la mitología griega, los cíclopes eran gigantes de un sólo ojo y un temperamento horrible que forjaban rayos para que Zeus los arrojase contra los malos toreros que dan recitales con el descabello. Pero ayer en Los Califas, Juan José Padilla, este nuevo cíclope de Jerez, lejos de entretenerse en levantar murallas al modo micénico y tener mala sombra para cuatro mortales, repartió simpatía y agradecimiento en cada gesto. Enfrente un centauro, otro ser mitológico, se apresuraba a darle oportuna réplica. Y es que El Fandi es la personificación de aquella raza de seres con torso y cabeza humanos y cuerpo de caballo, y a su obra no se la puede llamar de otra forma que centauromaquia. No cabe otra explicación. Lo visto ayer nos remite a un plano de representación superior y simbólico en que entran en conflicto civilización y barbarie y, muy a pesar de los humanos, lo civilizado lo representa el toro. Fandila se antoja un artista sin ley, salvaje, sin hospitalidad, al modo que Homero nos describe estos seres en La Odisea. Testigo privilegiado de todo este crisol en el que se funden seres mitológicos, civilización y barbarie, fue Finito de Córdoba, paradigma de la elegancia y la belleza en otro tiempo y que ahora pasea cadenas y bolas de hierro a la manera de los fantasmas. Cuando acaba cada Feria, Finito sigue todo el invierno deambulando por tendidos, entrando y saliendo por las bocanas, haciendo sonar sus hierros y musitando un eterno lamento. Ese eterno lamento tan cordobés. Así que visto que los humanos se comportaban como seres, animados o no y las bestias se humanizaban encarnando sobre sus cuernos las virtudes que han de guardar para sí las personas, Zeus, que todo lo ve y todo lo puede, decidió mandarnos a todos los allí presentes un frío propio P Finito pellizca la mejilla de Padilla al brindarle su primer toro de la tarde de fin de glaciación. Entonces comprendimos en toda su extensión el concepto de cambio climático. Desde ese momento todo fue un auténtico horror. Desde lo general a lo particular. El tendido lucía esa nueva epidermis que la Copa Davis le dejó en forma de silloncitos encarnados que tampoco ayudan a mejorar la estética de la plaza. Tendremos que convencernos de que no tiene arreglo. Nació fea y fea se morirá por mucha cirugía que le apliquen. Las mulillas airosas han sido sustituidas por gruesos caballos percherones que arrastran al toro con tal soltura que parece un trapo que se ha quedado pegado a los bajos del coche. Y la música, igual que el año pasado, desafina al RAFAEL CARMONA LO VISTO AYER NOS REMITE A UN PLANO DE REPRESENTACIÓN SIMBÓLICO EN EL QUE CHOCAN CIVILIZACIÓN Y BARBARIE tiempo que confunde feria taurina con Semana Santa. Lo dicho, un horror. Ni un lance en condiciones, ni un solo toro de verdad. Toda la simbología tirada por el sumidero como agua sucia. Sin pundonor, sin verdad, la nada, la inacción, el vacío. Por lo tanto, para los próximos días, si la cosa sigue así, creo que Zeus tomará las medidas oportunas y como nosotros no somos capaces de arreglar tanto despropósito me temo que nos va a mandar a la vez a Brontes, Arges y Estéropes, los tres cíclopes de la primera generación, y a todo un regimiento de centauros para que arrasen la plaza de toros y con sus restos hagan una gran candela con la que, al menos, podamos calentarnos.

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