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ABC CORDOBA 12-05-2012 página 59
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ABC CORDOBA 12-05-2012 página 59

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC SÁBADO, 12 DE MAYO DE 2012 abc. es estilo GENTESTILO 59 FOTOS: ARCHIVO ABC Una carroza histórica Construida en 1875 en Francia, se restauró y adaptó para la boda Los Condes de Barcelona Franco censuraba sus fotos. Parecía la boda de un huerfanito Una fiesta monárquica Unos cinco mil españoles viajaron a Atenas el día del enlace La portada de ABC Hubo que sacar a los novios de espaldas para que se viera a Don Juan Damas de honor De izq. a der. Alejandra de Kent, Tatiana Radziwill, Benedicta de Dinamarca, Irene de Grecia, Ana María de Dinamarca, Ana de Francia, Irene de Holanda y Pilar de España de oro BEGOÑA CASTIELLA El 14 de mayo de 1962, Don Juan Carlos y Doña Sofía contraían matrimonio en Atenas. Fue un auténtico reto hacer una Boda Real con medios limitados. Al cumplirse 50 años, evocamos aquel histórico día de tul de Bruselas con encaje de Gante que había utilizado su madre, la Reina Federica, en su propia boda, sujeto con una tiara de diamantes. La boda católica fue un sueño de música y flores en la pequeña Catedral, en la que se cabía a presión, escuchando el Aleluya de Haendel, elegido por la Princesa. Entre las Familias Reales, el cuerpo diplomático, la coral y los miles de flores, no cabía un alfiler cuenta Níkos Vutsinos, un católico griego que ayudaba como monaguillo al arzobispo católico de Atenas, monseñor Brindesi. La Princesa lloró al darse cuenta de que había olvidado pedir el consentimiento a su padre, y Don Juan Carlos, que sí lo hizo con Don Juan, le prestó su pañuelo. Un almuerzo en Palacio, una recepción y los Príncipes se escapan discretamente a El Pireo, donde embarcan en el Eros prestado por el armador Niarchos para la luna de miel, y se dirigen a Spetsopoula. Dos semanas después, en una escala en Corfú, Sofía fue recibida formalmente por la Iglesia católica en una sencilla ceremonia privada con el arzobispo que la casó. La Reina Federica me pidió que les esperara en el puerto para llevarlos hasta la isla. Estaban felices dice el almirante Moralis. Y se emociona. La Princesa era sensata, sencilla, siempre amable, sonriente, muy cercana a su padre, el Rey Pablo Lo dice el almirante Yorgos Moralis, entonces la sombra del Rey de Grecia al ser su ayudante de campo. Quienes la conocen bien en Atenas la recuerdan con admiración y cariño. Hasta en medio de la euforia de la boda, en la que, como todo en su vida, hubo muchos problemas, y muy graves. El asunto de las dos confesiones y las dos bodas era lo más espinoso, junto con el estatus del Príncipe Don Juan Carlos, de una familia no reinante en el momento. Pero también era un reto hacer una boda aunténticamente real en un país con medios tan limitados (pobreza general, presupuesto modestísimo, polémica sobre la dote, mucha prensa extranjera crítica, sin televisión... y con un Príncipe que se había roto la clavícula el 20 de abril; sin contar con el carácter autoritario de la Reina Federica y sus encontronazos con el Conde de Barcelona. Los acertados consejos de la Reina Victoria Eugenia ayudaron a resolver los problemas. Sofía no estaba nerviosa y, como estaba muy enamorada, veía solución a todo comenta Lena Levidi, hija del caballerizo mayor del Rey, que se encargó del cortejo. Y hay que ver lo elegantísimas que eran todas las españolas que vinieron recuerda Emilia Yerulanu, cuyo marido trabajaba junto al Rey Pablo. Quienes velaban por todo eran la Reina Federica, que sí era consciente de los problemas, y el embajador de España, el marqués de Luca de Tena. El día de la boda, Atenas amaneció soleada. La Princesa estaba radiante, con un vestido de corte clásico cuenta Lena. Era de lamé plateado blanco recubierto de encaje antiguo, del modista Jean Dessès de París (que era griego) con cola larga y un velo La Princesa ilusionada Sofía no estaba nerviosa y, como estaba muy enamorada, veía solución a todo relata Lena Levidi, hija del caballerizo mayor Lo más complicado El asunto de las dos confesiones era lo más espinoso. Y el Príncipe se había roto la clavícula

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