Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC CORDOBA 10-05-2012 página 73
ABC CORDOBA 10-05-2012 página 73
Ir a detalle de periódico

ABC CORDOBA 10-05-2012 página 73

  • EdiciónABC, CORDOBA
  • Página73
Más información

Descripción

ABC JUEVES, 10 DE MAYO DE 2012 abc. es cultura CULTURA 73 Príncipe de la arquitectura FREDY MASSAD Recapitulando sobre un viaje a Grecia realizado en 1979 junto a, entre otros, Rafael Moneo, Óscar Tusquets parecía no poder evitar intercalar una expresión de admiración hacia éste, en la descripción de cómo Moneo, pertrechado con una cinta métrica, medía incansablemente perímetros y diámetros de columnas e intercolumnios de los templos dóricos: Realmente, ¡cuánto le interesa la arquitectura a este hombre! Valga esto como un posible retrato de este arquitecto, cuya obra ha sido definida por el jurado que le ha otorgado el Premio Príncipe de Asturias de las Artes como serena y pulcra el trasfondo de un apasionamiento riguroso y severo hacia la concepción y la práctica de la arquitectura que es posible imaginar presente en muchos trayectos de sus inicios en la profesión. Moneo- -que en el futuro iba a ser autor de edificios tan reconocidos el Museo Nacional de Arte Romano (1986) la ampliación de la Estación de Atocha (1992) y el Kursaal (1999) en España así como internacionalmente, destacando la Catedral de Nuestra Señora en Los Ángeles (EE. UU, 2002) -era aún estudiante cuando trabajó junto a Saénz de Oiza, cuyo entusiasmo hacia el trabajo de arquitecto deseaba emular. Se graduó en 1961 por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid y, tras titularse, viajó a Dinamarca para trabajar junto a Utzon, a quien consideraba el legítimo heredero de los maestros del periodo Museo de Mérida heroico de la modernidad. Su posterior experiencia residiendo dos años en Roma, becado por la Academia de España, antes de establecer su despacho en Madrid en 1973, fue decisiva para él, no sólo por el hecho de haber tomado contacto con referentes de la crítica arquitectónica del momento como Bruno Zevi o Manfredo Tafuri, sino sobre todo por el hecho de que esa ciudad tuvo un impacto crucial en su formación como arquitecto. Tuvo quizá asimismo impacto en la formación de esa gravedad patente en su discurso y personalidad, en la que resuena la importancia de los que han sido, por siglos, unos valores persistentes de la arquitectura tanto a nivel intelectual como moral. El peso de una conciencia que valora a la arquitectura capaz de saber prescindir de la novedad y la sorpresa para poder dotarse de una cadencia más larga en el tiempo. Resulta significativo que el galardón haya recaído en Moneo cuando Frank Gehry era también un candidato a éste, reflejo de dos distintas actitudes de una misma vocación, cada uno ejemplo de los polos más extremos de la expresión arquitectónicas de las últimas décadas del siglo XX. Frente a la exuberancia formal de Gehry, Moneo se ha caracterizado por su contención y voluntad de decoro De esta actitud inclinada hacia la seriedad y la mesura son fruto obras remarcables Bankinter en Madrid (1976) Ayuntamiento de Logroño (1981) y la ampliación del de Murcia (1998) La catedral de Los Ángeles, obra del Premio Príncipe de Asturias En general, a uno le interesa mucho la última obra, por ejemplo, la parroquia que acabo de terminar en San Sebastián, o los laboratorios de la Universidad de Columbia, que es la otra terminada el año pasado. Son proyectos que realmente veo todavía con gusto. Pero uno querría o esperaría de la obra próxima que sea donde se alcanza la plenitud. Toda obra- -aun reconociendo los valores y los logros que se pueden haber conseguido- -de la que uno es responsable me deja también con la sensación de que todavía alguna cosa puede mejorarse. Y llegar a esa obra plena es lo que todavía me gustaría poder alcanzar, pero veo que es tan difícil. ¿Premios como el Príncipe de Asturias despejan aquellas fabulosas críticas y la polvareda de polémica, que se generó en torno a su gran ampliación del Museo del Prado? -Sí, bueno, también hay que entender que en estas obras tan públicas- -como es la del Prado, y tan sensible porque se trata de un lugar que para los españoles tiene un significado tan profundo y que amamos tanto- es comprensible la tensión y preocupación de las gentes. Creo que la solución dada al Prado es la que en su racionalidad, o en lo que tiene de racional, ha acabado por ser entendida de un modo sensible por las gentes. A mí me gusta ver a la gente moverse por el Prado con esa naturalidad y a pesar de que la ampliación tiene su complejidad, y no puede decirse que no sea una intervención sofisticada, donde viven juntos el Claustro y el edificio de Villanueva. ¿Cómo ve el futuro de su gremio? -Para los grandes proyectos, este ejercicio profesional artesanal que he vivido está en vías de desaparición. Al final, las grandes instituciones y clientes prefieren contactar con grandes estudios, que parece que ofrecen un servicio más completo. REUTERS Responsabilidad BOPINIÓN MIGUEL ZUGAZA Rafael Moneo recibe hoy la inesperada recompensa por una trayectoria de coherencia y riesgo que le ha llevado a transitar en los últimos cincuenta años, con su obra, magisterio y compromiso crítico, por el alambre, cada vez más inestable, del movimiento moderno de la arquitectura internacional. Mérito mayor comporta que lo haya hecho de adentro hacia afuera, desde su cultura, asentando con una ambición universal un nuevo estrato en ese gran cúmulo que es la singular y plural tradición arquitectónica civil española. Tuve la ocasión, si no el privilegio, de verle trabajar en un mano a mano excepcional con el gran arquitecto ilustrado Juan de Villanueva en el proyecto de ampliación del Museo del Prado. Creo que esta compleja obra, mal entendida en su inicio, representa muy bien la madurez de su quehacer: su alejamiento de la arquitectura icónica imperante; su interés, casi un género característico, en la creación de espacios para la celebración del arte y del conocimiento, con un sentido público intachable y el honesto empeño de ayudar a mejorar la experiencia culta del ciudadano. Avanzar sin olvidar es un ejercicio de civismo que no está exento de riesgos y requiere altas dosis de generosidad hasta el punto, como lo ha hecho en muchas ocasiones Rafael Moneo, de renunciar irónicamente a la razón del estilo. La arquitectura no es una cuestión de gusto sino de responsabilidad pública que, a veces, como es el caso que nos ocupa, resulta un ejemplo estimulante que merece todo nuestro reconocimiento. Coherencia B OPINIÓN ÁLVARO SIZA Felicito a Rafael por el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Es una gran figura de la cultura española con una contribución sin igual en el mundo de la Arquitectura. Moneo es una referencia de la arquitectura española y mundial. Nos conocemos hace mucho tiempo, acompaño su obra desde los años 60 y nos une gran amistad. Lo que más admiro de él es su sabiduría. Su trabajo no está sujeto a modas, es muy coherente en todo lo que hace a la vez que Videoanálisis del premio por Jesús García Calero presta mucha atención a lo nuevo, a las cosas que pasan. Posee un gran conocimiento histórico que combina perfectamente con todo lo que llega de fuera. La ampliación del Museo del Prado fue un proyecto extremadamente inteligente y eficaz para dar un respiro al museo y por la lógica de funcionamiento. Rafael Moneo siguió muy de cerca mis trabajos en el Paseo del Prado, no llegamos a colaborar, pero sí estábamos muy coordinados. Era muy conciso sobre los trabajos que envolvían la ampliación. El Kursaal de San Sebastián es maravilloso. Lo más importante en un arquitecto no es una obra en sí sino la totalidad de su trabajo, y en Moneo destaca la coherencia en toda su trayectoria.

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.