ABC CORDOBA 10-05-2012 página 72

72 CULTURA JUEVES, 10 DE MAYO DE 2012 abc. es cultura ABC La ampliación del Museo del Prado realizada por Moneo IGNACIO GIL Kursaal de San Sebastián, del arquitecto navarro ABC Moneo El Prado es como un hijo difícil, que la gente ha hecho suyo ENTREVISTA BEl arquitecto gana el Príncipe de Asturias de las Artes por su magisterio universal, serenidad y pulcritud en sus obras ANTONIO ASTORGA MADRID El día en el que iba a cumplir setenta y cinco años Rafael Moneo se levantó sin saber que era candidato al premio Príncipe de Asturias de las Artes. El maestro de arquitectos, nacido en Tudela un 9 de mayo de 1937, recibía al filo de las diez de la mañana desde Oviedo una llamada, que desparramó todo un manantial a su alrededor. Era el premio Príncipe de Asturias de las Artes, que revolucionará su jornada. Ya no sería nada igual. En su estudio de Madrid se organizó la de San Quintín. Luces, taquígrafos, y mucha acción. Toda la mañana, de quince en quince minutos, atiende con exquisita amabilidad a los medios. Rafael Moneo no para en su colmena, tropieza con cables, cámaras, teléfonos e innúmeras felicitaciones. Sostenido en dos tirantes, apenas si prueba bocado en el tentempié con el que sus colaboradores le agasajan, y después vuelta al tajo. En la actualidad Moneo construye un hotel de lujo en el casco antiguo de Barcelona. El arquitecto no descansa. -Qué mejor presente para su día de cumpleaños, don Rafael. -Yo he venido al estudio tan ajeno a todo, que da gusto pensar que toda- vía la vida se produce de un modo imprevisto. No contaba en absoluto con esto. Yo había sido candidato en otras ocasiones al premio Príncipe de Asturias. Este año ni sabía que lo era. Creía que mi turno había pasado, pero... ¿Setambaleó con la llamada de José Lladó, presidente del Jurado del que formaban parte Miguel Zugaza, Benigno Pendás, José Luis Garci, Benedetta Tagliabue, González Macho -Creía que a lo mejor quería consultarme algo sobre mi opinión respecto de algún colega. Lo que menos pensaba es que pudiera llamar para decirme que yo era premio Príncipe de Asturias. He recibido la noticia como un regalo. Y así quiero entenderlo. -Uno se levanta pensando en sus maravillosas bodas de brillantes consigo mismo (setenta y cinco años) y de repente le cae un premio también maravilloso y merecidísimo con el que no contaba. -Así es. No se traiciona para nada la verdad diciendo que así ha ocurrido. ERNESTO AGUDO -Pritzker, Medalla de Oro mundial de los arquitectos, Nacional de Arquitectura, Van der Rohe, Príncipe de Viana, Príncipe de Asturias, la gloria. ¿Ve imposible alcanzar algo más? -Yo me siento más que pagado por la sociedad respecto a reconocimientos. Y alegra un premio como este, un Príncipe de Asturias de las Artes, que te lo dan tus gentes. Al ser un premio que tiene una raigambre tan profunda en lo que es nuestra tierra y nuestro país, pues lo recibe uno contento. Pero entiendo que el Jurado hubiera podido fijar sus ojos en tantas otras obras, trabajos y creadores, que mi sorpresa va acompañada de un grandísimo reconocimiento. Me gustaría que de verdad el Jurado acertase al pensar que mi obra merece ser puesta otra vez a los ojos de las gentes. -El Jurado le esculpe en el acta a usted colosalmente: Arquitectura de dimensión universal, serena, pulcra, maestría que deja una huella profunda en cada una de sus creaciones, que conjuga estética con funcionalidad... -El Jurado habla de serenidad y pulcritud. Son dos objetivos que aprecio y acompañan mi arquitectura. Mantener esa condición de la no imperiosa presencia, y por el contrario quedar en esa situación casi de segundo plano, -que solo quien busca encuentra esa presencia de la arquitectura- hace que realmente los objetivos de pulcritud y serenidad tengan sentido. ¿Hay una gran obra propia de la que esté usted enamorado? ¿Por ejemplo, el Prado? -Bueno, el Prado es como esos hijos, que han tenido dificultades, y que uno celebra tanto, que al final la gente los hace suyos.