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ABC CORDOBA 25-04-2012 página 15
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ABC CORDOBA 25-04-2012 página 15

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ABC MIÉRCOLES, 25 DE ABRIL DE 2012 abc. es opinion OPINIÓN 15 EL RECUADRO ANTONIO BURGOS ESTOY EN LOS TOROS Estar en los toros, por lo visto, es más importante que estar en el Consejo de Ministros D ÍAS de Feria y de toros. No sé en otras plazas importantes, en Madrid o en Pamplona, pero en Sevilla, será por la crisis, cada vezseoyenmenosteléfonosmóviles. Cuandoes laplazadonde másse deberíandeoír los inoportunos telefoninos, dados los tan litúrgicos como tópicos silencios de Sevilla, donde más traga la afición del mundo, anda que no traga ná, sin rechistar, todo lo que le echen, sin que se oiga una mosca de un silbido. Y estos días de Feria y de toros son fechas de coger el Ave para ir a Sevilla. A efectos de que se entere todo el mundodequesehaido. Compruébenloatravésdeese observatorio de la vida cotidiana que son los usos y costumbresdelteléfonomóvil. Túllamasaunamigoy lepreguntaslaquesehaconvertidoenformuladecortesía casi obligada para una llamada por el móvil: -Puedes hablar o te llamo más tarde? Fórmula de cortesía a la que un tío ordinario que hayen Sevilla, másbasto que una bufanda de esparto, contesta siempre con el siguiente borderío: -No, puedes hablar todo lo que quieras. ¡Estoy cagando! Salvo esta excepción del borde hispalense de cuyo nombre no debo acordarme, a quien llamas y le haces la pregunta de urbanidad telefónica te suele contestar: -Habla, habla... Excepto si está en los toros. En la ruptura de la intimidad que significa el teléfono móvil, yo he llamado a consejeros delegadosque estaban enuna reunión importantísima de su compañía y me han respondido y atendido. Hellamadoaministrosqueestabanapunto Nuncame handicho dónde estaban, en qué sitios tan importantes. Pero si el señor al quellamasestáenlostorosyenSevilla, esquenofalla. Con voz muy bajita, como si estuviera retransmitiendo por la radio la salida de la Hermandad del Silencio en la Madrugada, te dice: -Estoy en los toros, luego te llamo. Estar en los toros, por lo visto, es más importante queestarenelConsejodeMinistrosoenlajuntageneral de Endesa. Aunque yo creo que muchos van a los toros sólo para presumir diciéndote que están en los toros cuando los llamas por el móvil. Yo, que soy abonado de sillón de tendido de mi salita por Canal Plus Toros, estoy haciendo el canelo. Cuando alguien me llamealmóvilentre 6 y 9 delatarde, pondrévozdeprimera fila de barrera y le diré: -No te puedo hablar ahora, estoy en los toros. Y si al fondo de la salita se oye el miau de alguno de mis gatos, pues mayor verosimilitud tendrá mi roneodequeestoyenlaplazadelArenalyquemehegastado un pastón para ver a Manzanares. Total, en Sevilla están echando toros que muchos de ellos hasta podían berrear con un miau de gatunos que son. que está allí si los llamas: el Ave. Llamas a la gente que está en Barajas o en El Prat, y no te dice quevaacogerel aviónoqueacaba dedejarlo. PerollamasaunoquevayaporPuertollano, oyendoalcretino de turno que dice la patochada obligada de que ni es puerto ni es llano, y no falla. Te dice inmediatamente: -Voy en el Ave... ¿Y a mí que carajo me importa que vayas en el Ave, joé, o en el coche de San Fernando? Pero no acaba ahí la cosa. Te añaden para darse más cuento todavía: -Es que voy a los toros a Sevilla, para ver a Manzanares. Y para que cuando los llames mañana tarde puedan decirte: Estoy en los toros UNA RAYA EN EL AGUA IGNACIO CAMACHO SIN REMORDIMIENTO Si de algo se arrepienten los socialistas es de haberse plegado, siquiera en parte, a una política en la que no creen N MÁXIMO O sienten un asomo de culpa. Más bien al contrario, los socialistas creen en realidad que Zapatero fue demasiado lejos en su lánguido ajuste y no tienen pizca de remordimiento por haber incumplido los compromisos de déficit. Su conciencia está tranquila. Consideranque se trataba de una exigencia injusta ypor tanto no encuentran motivo para la contrición ni admiten la idea de fracaso. Si de algo se arrepienten es de haberse plegado, siquiera en parte, a una política en la que no creen y a la que consideran responsable de su hundimiento electoral. De hecho, uno de los mayoresdesencuentros de Rubalcaba con su antiguo líder estuvo motivado por el pacto de estabilidad presupuestaria, que el antiguo presidente impulsó al final del mandato preso de un tardío ataque de responsabilidad. Socialdemocracia y déficit son conceptos consustanciales, simbióticos, y la forzosa reconversión zapaterista provocó en el seno de la izquierda una verdadera crisis de identidad, un espasmo de frustración política. Por eso no habrá siquiera un atisbo de disculpa por el agujero que dejaron; de haber podido hubiesengastado aún más. No encuentran motivo de desdoro en haberse comprometido a recortar 33.000 millones de euros y quedarse sólo en 6.800; ese desfase, que podría considerarse una estafa a los inversores que siguieron financiando la deuda pese al incumplimiento de las condiciones, constituye para los socialistas españoles el modo de defender el Estado del Bienestar. ¿Engaño? ¿Qué engaño? Se trataba sólo de la peculiar, borrosa relación de Zapatero con la verdad. El hombre demasiado hizo con amagar a regañadientes una tendencia; y aun ello le costó el descalabro conocido. El 6 ó el 8,5 por ciento qué más da; matices quisquillosos de los contables mercantilistas que no tienen respeto a la justicia social. El Gobierno cree haber encontrado en esos 27.000 millones de carga extra el mazo argumental con el que defenderse de una oposición que le ha tomado la iniciativa afavor de corriente. Pero nocuentacon la ausencia de sentido de culpa de unadversario capaz de reprocharle que trate de equilibrar mal que bien la lápida que le han dejado. También es cierto que por implantar recortes mínimos Zapatero recibió críticas imprudentes de un PP ahora atrapado por aquella falta de realismo. Hay mucho de oportunismo táctico en la actitud agresiva del PSOE pero también no poco resentimiento; desembarazados de la responsabilidad del poder, los socialistas están dedicados a pasar factura de agravios. En el fondo de la cuestión, sin embargo, está la esencia misma de la izquierda, inclinada per se al proteccionismo a crédito. Zapatero no mintió siempre; era realmente fiel a sí mismo y a los suyos cuando proclamaba el carácter progresista de las políticas de endeudamiento público. Ése fue su momento cenital, tal vez añorado por sus sucesores: un déficit del 11 por ciento.

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