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ABC CORDOBA 04-04-2012 página 33
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ABC CORDOBA 04-04-2012 página 33

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC MIÉRCOLES, 4 DE ABRIL DE 2012 abc. es cultura MUERE EL MAESTRO 33 Su lealtad a ABC 2 de abril de 1993 Como homenaje al Conde de Barcelona, el académico realiza este dibujo en recuerdo de Don Juan de Borbón tras su muerte 2 de marzo de 2008 Visión de un piquetero -Está muy cansado porque trabaja de piquete en la huelga DE ABC, HASTA EL ÚLTIMO ALIENTO BIEITO RUBIDO DIRECTOR DE ABC E ABC, cuyas señas de identidad representaba con la fidelidad de un logotipo. En su lúcido chispazo cotidiano, Mingote sintetizaba los valores de un periódico que es en sí mismo un pedazo de la Historia de España. Él ha sido la solución de continuidad que a través de 60 años ha homogeneizado la opinión del diario con su presencia constante e indesmayable ante varias generaciones de lectores. Su desaparición deja un hueco insondable del que sólo consuela la permanencia de su obra. Un tesoro hemerográfico para que el futuro reconstruya el devenir español de la segunda mitad del siglo XX y los albores del XXI a través de un espejo estilizado de ingenio, finura y talento, embellecido por el poder sugestivo de su luminosa sonrisa. l primer día que entré en mi despacho de director de ABC encontré sobre la mesa un precioso aunque sencillo dibujo de Mingote. Era su propia caricatura acompañada de un mensaje: Bienvenido Director No pude ser recibido de mejor manera, y quede perdonada mi inmodestia. El trazo más veterano y querido de este diario me recibía a mi llegada a la que considero enorme institución de la prensa española. El maestro me acogía en la noble Casa de ABC, de la que él formaba, y formará, parte indisoluble. Nada menos que 59 años sin dejar de poner a diario su dosis de ironía y talento a las páginas de Opinión. Sus viñetas explican mejor que cualquier tratado teórico las singularidades y marcada personalidad de nuestra cabecera. Escasas en palabras, prolíficas en moraleja, amables en la forma, profundas en el fondo, la aparente sencillez del trabajo complejo, constituyen una a una, y son miles, certeros editoriales. ABC se queda huérfano e incompleto sin Antonio Mingote. Hoy no me atrevo a volver a mirar aquel dibujo con el que me dio la bienvenida. Pero sí regresan a mí con intensidad los recuerdos. La primera conversación larga con él la mantuve en la entrega de los Premios Cavia de 2010. Era septiembre. Rodeados de obras del Museo ABC, me explicó que nuestro periódico, su periódico, siempre tuvo buenos caricaturistas Me insistió en la necesidad de contar con uno en plantilla y comenzó a evocar nombres de dibujantes vinculados a la Casa. Esa misma memoria portentosa volvió a aflorar, y a admirarme, en las varias cenas que compartí con él en los meses posteriores. Con él y con su otra vida, su inseparable Isabel. Me obsequió cada vez con su certero ingenio y ese impagable sentido del humor que permite ver más allá de lo aparente a los grandes talentos como el de Antonio. Hablaba con criterio de cualquier aspecto de la actualidad, de Internet, de Google, de Twitter... Leía periódicos y navegaba por la red, tenía opinión y enriquecía la conversación cualesquiera que fueran los derroteros por donde transcurriese. Estaba al día de todo. Un hombre de su tiempo, cuyos 93 años parecían uno más de sus ocurrentes chistes. Su aspecto exterior era inmejorable. La procesión, como en tantos otros casos, iba por dentro. La vida no perdona, ni a quienes más generosos han sido con ella. ILUSTRACIÓN DE HOMBRE SOLO 1970 Un buen día- -quizá mal día- con advertencia previa de su mujer, recibí una carta suya. Emocionante. Pedía que por favor le excusásemos de su obligación diaria de dibujar una viñeta. La carta era en sí misma una obra de arte, por lo que decidí compartirla con los lectores de ABC y publicarla como Tercera, una de las páginas más nobles de este diario. Cientos de personas llamaron o escribieron conmovidas por aquel texto. Le telefoneé y hablamos con la intermediación de Isabel, ya que él no quería ponerse porque le fallaba el oído. Antonio Mingote, su dibujo y su talento siguieron presentes en ABC todos los días. Hasta ayer. Hoy nos toca decirle adiós en forma de homenaje. Las páginas de nuestro periódico se abren a valiosos análisis, recuerdos, emociones y alabanzas a la figura de Mingote. Se irá a donde van los buenos, aunque él decía que al cielo, al cielo, siempre vamos los mismos. Su legado, su huella, no obstante, se quedan aquí. El genio ha trascendido a la categoría de muerto muy vivo. Permanecerá vivo en nuestra memoria, en nuestras conversaciones y aprendizajes, en la hemeroteca de ABC... pero, sobre todo, por su trayectoria ejemplar y fecunda. A diferencia de aquellos, muchos, que han querido hacer patrimonio suyo la institución de la prensa libre española y europea que es ABC, Antonio Mingote mantuvo una actitud de generoso compromiso. No abandonó ABC nunca. Hasta el último día. Fiel y leal, que son dos cualidades parecidas, pero distintas y complementarias. Conocía mejor que nadie lo que significa este diario. Trabajó en él casi seis décadas. Da nombre al más reputado premio humorístico de este país. Se sabía y sentía parte de ABC, y de la cultura que el periódico representa. No escuchó cantos de sirena, no buscó excusas, no simuló. Estuvo siempre en ABC, con ABC, para ABC. Y lo seguirá estando. Para no olvidarlo.

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