ABC CORDOBA 06-03-2012 página 53

ABC MARTES, 6 DE MARZO DE 2012 abc. es internacional INTERNACIONAL 53 RUTA 45 A FUKUSHIMA II La lonja de los tiburones Un trabajador del astillero Marutake repara un barco dañado por el tsunami 200 km A TEXTO: PABLO M. DÍEZ FOTO: ÁLVARO YBARRA ZAVALA ENVIADOS ESPECIALES A JAPÓN N Zona ampliada l amanecer, sobre el muelle de la lonja de Kesennuma yacen 200 bonitos, 100 atunes y 5.000 pequeños tiburones recién descargados del Koshin Maru 17. Con 15 tripulantes, este barco de 147 toneladas y 32 metros de eslora arribó la noche pasada después de un mes entero faenando en el Pacífico. Islotes de ruedas y tablones de madera flotan en alta mar indica el maestro de pesca de la nave, Teruo Komatsu, refiriéndose a los 20 millones de toneladas de escombros del tsunami arrastrados por la corriente. Algunos podrían ser de su antiguo hogar. A Teruo Komatsu, marino desde hace 50 años, el tsunami lo pilló navegando, pero destruyó sus dos casas y mató a su hermano menor. Estaban revisando los motores de su barco y él intentó zarpar para salvarlo, pero las olas se lo tragaron dice al recordar la catástrofe que asoló Kesennuma el 11 de marzo del año pasado. Perecieron 1.350 de sus 20.000 habitantes. Para hacerse una idea de la violencia del agua, basta con ver el barco Kyotoku Maru 18. Aún hoy, sus 330 toneladas siguen varadas a dos ki- Mar del Japón Fukushima JAPÓN Rikuzentakata Kesennuma Minaminsanriku Ishinomaki Iwaki Fukushima Tokio Océano Pacífico ABC lómetros de la costa entre las ruinas de casas reventadas. Además de arrasar la lonja de Kesennuma, la mayor en la castigada prefectura de Miyagi y la segunda en la región de Tohoku, el tsunami destruyó las 150 fábricas procesadoras de pescado de sus alrededores. Solo 15 han retomado la actividad, pero 3.500 de los 4.100 trabajadores que empleaba esta potente industria siguen en el paro. Antes facturaban 100.000 millones de yenes (915 millones de euros) Con suerte, este año llegarán a la mitad detalla el director de la lonja, Tsukio Murata. El tsunami hundió la industria pesquera en la costa noreste de Japón. Antes arribaban entre 3.000 y 4.000 barcos al mes. En marzo del año pasado solo lo hicieron 1.047, y, tras el tsunami, el muelle de la lonja para grandes embarcaciones no reabrió hasta septiembre. Antes concentrábamos el 70 del comercio de bonito de Japón; ahora estamos funcionando al 30 Cada año se descargaban 150.000 toneladas de pescado, pero la cifra cayó hasta las 20.000 en 2011 desgrana Murata, quien confía en alcanzar las 80.000 toneladas esta temporada. Después del tsunami vinieron las fugas radiactivas de Fukushima. El público debe confiar en la seguridad del pescado porque medimos la radiación y no hemos encontrado niveles que excedan los límites permitidos para el consumo intenta despejar el miedo al sushi atómico el jefe de ventas de la lonja, Kazunori Onodera. En el bullicio del muelle, los primeros rayos de sol perfilan las oscuras siluetas de los operarios cortando las colas de los atunes para que los pescaderos comprueben la calidad de su carne. Señalados con marcas de pintura que indican su procedencia, los atunes de 70 kilos se venden a 200.000 yenes (1.830 euros) y los bonitos de 100 kilos a 100.000 yenes (915 euros) Los tiburones pequeños, que pesan 20 kilos y miden 4,5 metros, solo valen 3.000 yenes (27 euros) porque de ellos no se aprovechan más que las aletas, que se venden a precio de oro en los restaurantes de China por sus supuestos poderes afrodisíacos. Con precisión y rapidez, unos operarios les arrancan las aletas con sierras y las echan en cubetas de plástico mientras otros riegan el muelle para mantener fríos los pescados y limpiar los charcos de sangre. Cada día pescamos 20 atunes, 20 bonitos y 30 tiburones señala el maestro del Koshin Maru 17, que despliega sobre el Océano cables de hasta 150 kilómetros y 4.000 anzuelos. A las siete de la mañana, con los lotes escritos a tiza en la pizarra, suena la campana y empieza la subasta: una puja ciega donde cada comprador, tras examinar el pescado, hace su oferta en un sobre cerrado. Gana la más alta. Como todo en la vida, que vuelve a la lonja de los tiburones. Vídeo sobre el estado en que quedó Kesennuma