ABC CORDOBA 23-02-2012 página 14
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página14
- Fecha de publicación23/02/2012
- ID0006070132
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14 OPINIÓN AD LIBITUM PUEBLA JUEVES, 23 DE FEBRERO DE 2012 abc. es opinion ABC MANUEL MARTÍN FERRAND LOS RAQUEROS Los socialistas, en lugar de reconstruir el solar, aprovechan el cascote para apedrear al nuevo Gobierno A NDAR al raque es una fea costumbre establecida en la vida política española. Son muchos quienes aprovechan el naufragio cotidiano de los proyectos de sus adversarios para sacar tajada de ellos, quienes tratan de parecer más altos aprovechando que sus oponentes se agachan a recoger algo del suelo. Como define, en Sotileza, el tan admirable como pelmazo José María Pereda, el raquero es un muchacho que se dedica al merodeo entre los buques de la dársena en la bajamar Cortos de ideas y largos de ambición electorera son muchos los notables de todos los partidos que, lejos de tratar de mejorar la realidad nacional, andan al acecho, ansiosos de descubrir alguna pifia en los dichos ajenos, para utilizarla a su favor. Cuando el presidente de la Comisión de Economía de la CEOE, José Luis Feito, resbaló con la geografía e ilustró una buena idea, la conveniencia de que los parados acepten los trabajos disponibles, con una torpe expresión- Hay que aceptar el trabajo que se nos ofrezca aunque sea en Laponia se organizó la marimorena y, lejos de contradecir su argumento principal, los raqueros se agarran a Laponia y tratan de descalificar a una persona respetable en un discurso con fundamento. Asistimos ahora a un intento de lapidación del nuevo ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, a propósito de los desordenes estudiantiles- ¿estudiantiles? -de Valencia. En lugar de criticarle por algún error de cierto fuste, como la torpeza partidista en la designación de la delegada del Gobierno en Valencia, el partido que lidera su predecesor en esa responsabilidad ministerial trata de zarandearle por las imprecisiones y contradicciones en sus discursos, primero exculpatorios y luego acusatorios sobre la actuación de la Policía Nacional frente a las feroces manifestaciones, supuestamente estudiantiles, en las que las bajas policiales son de mayor número que las de los alborotadores. Un momento difícil exige un Gobierno sólido, como el que nos han proporcionado los últimos comicios, y una oposición más responsable en sus análisis y críticas. Abandonadas las ideologías, algo que lamentaremos en un futuro próximo, nos queda la gestión centrista para que el Estado de Bienestar prolongue su permanencia a pesar de las fuerzas y circunstancias que tratan de desmontarlo. En eso debe haber coincidencia entre los dos grandes partidos devotos de la causa, el PP y el PSOE, y carece de sentido que los socialistas, en lugar de reconstruir el solar que les ha dejado Rodríguez Zapatero, aprovechen el cascote para apedrear al nuevo Gobierno. Sin autoridad moral, la voz del crítico parece pataleo. PERSPECTIVA FERNANDO FERNÁNDEZ EL JUEGO DEMOCRÁTICO Las posiciones políticas son excesivamente oportunistas; se basan en el dime qué defiendes para que me oponga S IENTO elmáximo respetoporlospolíticosde todos los partidos. Son gente bienintencionada, con vocación de servicio público y ganas de hacer el mundo un poco mejor, que renuncian a sueldo y tiempo libre, que aceptan desnudar en público sus vidas privadas, porque creen en lo que hacen. Supongo que si hiciéramos su perfil psicológico, todos tendrían un poco de actores, buscanel cariño de supúblicoysecrecen antelascámaras. Tienen algode exhibicionistas, pero, insisto, son en general buenas personas, trabajadoras, serias y sacrificadas. No me gustahablardeclasepolítica. Tieneconnotacionesdespectivas y alimenta esa caza de brujas en la que anda inmersa una sociedad profundamente desorientada. Es sin embargo indudable que los políticos han caído muy bajo en consideración social. Lo atestigua sistemáticamente el barómetro del CIS y pocos padres desearían que sus hijos se metan en política. Las explicaciones son múltiples, algunas generales y otras idiosincráticas. Entre lasprimeras está la crisis económica, que en los países desarrollados, un club alque Españase ha incorporadotarde, está para quedarse. Se les culpa de imprevisión, incapacidad de gestión y falta de liderazgo. Cierto, pero nunca fue fá- cil gestionar la decadencia de un Imperio. Y en eso andan los políticos de ese club de rancio abolengo y pocos posibles. El prestigio social de los políticos disminuye también con el crecimiento económico. Ser político ya no es la única manera de dejar el pueblo y hacer fortuna. Con ello aumentan el bienestar y la libertad de los ciudadanos que dejan de ser súbditos. Pero los políticos dejan de ser mandarines y pierden poder discrecional. Ya no deciden tanto sobre la vida yhaciendadelosindividuos, ya nopueden hacer tantos favores, colocar amigos, generar y distribuir rentas. Y cuando lo hacen, apesta a clientelismo. Hay razones particulares españolas. La primera, la más citada, pero no la más importante, la corrupción. NoafectaalaconfianzaenelsistemaenBrasil, Coreao Alemania, porcitartres paísesmuydistintos, dondela corrupción ha golpeado el núcleo duro del mismo sin quesehayacuestionadosulegitimidad. Laraízdelproblemaespañoles, pienso, lafaltadecoherencia. Lasposiciones políticas de los partidos son excesivamente oportunistas; se basan en el dime qué defiendes para que me oponga. Lo dijo con absoluto cinismo uno de los políticos españoles curiosamente más populares, Tierno Galván, cuando pontificó que los programas electoralesestánhechosparanocumplirlos. Unafrase tremenda que busca legitimar el engaño como norma de actuación y por la que hubiera dimitido cualquier político norteamericano. Deaquellospolvosvienenestoslodos. Yhoynosparecenormal- -eljuegodemocrático, lollamamosrespetuosamente- -queelPSOEconsiderecaususbellilareforma laboral cuando todos sabemos- -ellos mismos, electores, inversoresygobiernoseuropeos- -quedeestar en el gobierno hubieran aprobado exactamente lo mismo, o muy parecido, ¿qué hizo Zapatero el 10 de mayo de 2010, sino el mayor ajuste social de la democracia? También nos parece normal sacar a los estudiantes a la calle, azuzarlos ideológicamente como a perros de presa para oponerse a qué, ¿a unos recortes degastoeneducaciónysanidadqueellosmismosempezaron y dejaron sin acabar? Hasta que los partidos políticos no vuelvan a poner en el centro de su actuación la coherencia ideológica y programática, la verdad y el respeto a la inteligencia de los ciudadanos, no recuperarán su prestigio y la estima de los españoles.