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ABC CORDOBA 20-02-2012 página 56
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56 ABCdelDEPORTE Liga BBVA Jornada 24 LUNES, 20 DE FEBRERO DE 2012 abc. es ABC El Atlético entroniza a otro portero BJuan Pablo salva al Sporting en el debut de Clemente, en otro partido que mereció ganar el equipo de Simeone SPORTING Juan Pablo Orfila Botía Gregory Canella Carmelo (62) André Castro (65) Eguren De las Cuevas Colunga Barral (78) Trejo (62) Rivera (65) Bilic (78) 1 ATLÉTICO Courtois Juanfran Miranda Godín Filipe Luis Mario S. Gabi Diego (61) Koke (54) Adrián Falcao Salvio (54) Pizzi (61) Perea (80) 1 GOLES 0- 1, m. 20: Canella, en propia meta. 1- 1, m. 36: Eguren. EL ÁRBITRO Fernández Borbalán. Amonestó a Eguren, Gabi, Barral, Colunga, A. Castro, Bilic y Mario Suárez. JOSÉ CARLOS J. CARABIAS Convencido del plan, el Atlético deja aficionados satisfechos. En Gijón levantó el mentón frente a un rival que se juega el pan cada día y que alivió el estreno de Clemente con un empate y gracias. Como en Santander, el Atlético convirtió en héroe a otro portero. Dijo un día Menotti que era una bendición despertarse los domingos sabiendo que por la tarde jugaba Diego Maradona. Desde otra dimensión, desde un ángulo sin tantas ínfulas ni pretensiones, al aficionado del Atlético le sucede algo parecido en estos tiempos de bonanza a la orilla del río Manzanares. Juega el Atlético y su parroquia se planta en el campo o delante del televisor con una ilusión adolescente. Flota un nuevo vocabulario que enlaza con las victorias y los puntos: contagio, imaginación, seguridad. Llegado de Italia con la victoria ante el Lazio y el riesgo de una quiebra por fatiga en un equipo que se emplea a fondo cada tarde, la tropa de Simeone también gobernó la voluntad del Sporting en el primer día de regencia de Javier Clemente. Representa este conjunto la idiosincrasia asturiana: voluntad, coraje, entrega a una causa. Se implica el estadio y empuja con todo el orgullo de la comunidad. Pese a la necesidad que lo atosiga y a la presunta inyección de estímulo que propaga un nuevo entrenador, el Atlético ejerció de patrón. Jugó el equipo madrileño con estilo, esa expansión defensiva que con el paso de los partidos se convierte en potente despliegue atacante. Combina rápido, tocan sus jugadores y se mueven, se asocian cerca del balón y abren el campo para dar salida clara a la pelota. En cinco minutos tuvo el Atlético dos ocasiones que no convirtió: una de Falcao, solo ante Juan Pablo, y un cabezazo de Godín, sin portero. Sonó reciente la película: ese asedio rojiblanco en Santander a Toño, transformado en salvador. Lo evitó una estupenda galopada de Adrián que acabó en gol al cruzarse Canella en un despeje complicado. Apeló el Sporting al escudo y a la vergüenza profesional. No admitió la derrota en una convincente representación. No jugaba a casi nada, pero peleaba como si le fuese la vida en ello. Empató Eguren- -en un control con el brazo- -en el primer gol que recibe Courtois en siete encuentros con Simeone. Durante unos minutos, el Atlético confundió el objetivo: persiguió al Sporting en vez de perseverar en la obra que había iniciado y perseguir el gol. Cuando se recompuso el cuadro madrileño (la velocidad de Salvio por la calidad de Koke) surgió la figura enorme de Juan Pablo, obligado a interceder por su equipo por tierra, mar y aire. Tuvo ocasiones el Atlético de todos los colores. Diego la estrelló contra el portero, Falcao no atinó tres veces a menos de cinco metros del arco, Mario Suárez la pegó floja pero con intención, y Gabi y Salvio enchufaron sendos trallazos que encontraron la debida réplica del cancerbero. El Atlético terminó el partido en plan avasallador, liderado por un Juanfran imponente en la banda derecha. Cercó al Sporting contra su portería y quiso ganar: lo dijo Simeone con los cambios y lo intentó su equipo con una actitud valiente. No lo consiguió, pero volvió a complacer a su hinchada. A LA ORILLA DEL RÍO Europa, la Liga y el Rey C omo el día de la marmota, continúa el Atleti sin entrar en Champions, a pesar de que semana tras semana acaricia el cuarto puesto, demostrándose así lo barato que está Europa el año que viene o, como prefiero pensar yo, que la Liga es la más igualada de los últimos años salvo por los dos grandes que empiezan a hacer de las competiciones en las que juegan un soberano coñazo. A falta de media liga por disputarse, parece que ya tiene dueño. Igual es solo cosa mía, pero en breve será más atractiva la Europa League que la Champions, si no fuese por la abismal diferencia de ingresos entre una competición y otra. La negativa de Madrid y Barça a ceder su estadio para la final de la Copa del Rey indica una cosa: les sobra la pasta. El resto de clubes están mendigando por un ingreso extra y ellos siguen con su particular guerra fría ajenos a que el modelo del fútbol actual debe cambiar, pues los equipos son empresas y no es sostenible que todos sean deficitarios. Según está de necesitado el fútbol, yo mismo cedía el Calderón para la final de Copa aunque la jugase el Madrid contra el Castilla. A todo esto, parece que el poder de su Santidad no llega para que el Atleti culmine sus cada vez mejores actuaciones ligueras con goles. Los jugadores del Sporting tenían mucho que demostrar a su nuevo entrenador y corrieron lo suficiente como para que los colchoneros notaran en sus piernas el gran partido que hicieron en Roma. Lo que se falló al principio no se pudo solucionar al final, pero el equipo vende tan cara su derrota, que ganar en casa y sumar fuera podría llegar a valer para conseguir el objetivo nacional. En Europa el límite es el cielo o El Vaticano. GONZALO MIRÓ Falcao, rodeado de jugadores del Sporting EFE

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