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ABC CORDOBA 20-02-2012 página 36
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36 ANDALUCÍA LUNES, 20 DE FEBRERO DE 2012 abc. es andalucia ABC El Boca asesino y violador de la niña Ana María Jerez, sale libre el 3 de abril BAdoración Cano, madre de la pequeña, lucha a contrarreloj para que cumpla los 44 años de cárcel AURORA FLÓREZ SEVILLA El próximo 3 de abril, Martes Santo, quedará libre José Franco de la Cruz, el Boca condenado a 44 años de cárcel por la violación y el asesinato de la pequeña Ana María Jerez Cano en Huelva, tras cumplir 21 de ellos. Este mes se cumplen, precisamente, también 21 años desde que Ana María, con nueve años, fuera arrancada de la vida que su asesino, con 48 años, podrá disfrutar en libertad desde esta misma Semana Santa. Ana María salió de su casa sobre las cinco de la tarde del 16 de febrero de 1991 para ir a casa a su amiga Raquel, sobrina de el Boca No llegó a su destino, ni pudo volver a su hogar. Se encontró con su asesino, que la golpeó brutalmente, la violó, y la mató durante su ensañamiento. Tras ello trasladó el cadáver por un camino al que se llega a pie en veinte minutos a la margen derecha del río Tinto, donde fue hallado 69 días después. Los hechos, fríos y resumidos, no pueden dejar de provocar horror. Y en estos tiempos de cuestionamientos del sistema judicial y de la aplicaciones de la legislación, el caso de Ana María merece un gran capítulo, un compendio entero, con apartados dedicados a la teoría de la ley y a la realidad un crimen brutal que ha marcado para siempre la vida de su familia, que juega ya con el tiempo en contra para intentar que se aplique a el Boca la doctrina Parot, que, por ejemplo (y aunque la retroactividad de la norma siempre es favorable al reo) se ha empleado con el violador del ascensor- -asesino de Marta Obregón y Leticia Lebrato- -o con Miguel Ricart, asimismo asesino y violador de las niñas de Alcasser. Poco más de un mes más que la familia Jerez Cano tiene en Valladolid la de Olga Sangrador, otra pequeña también violada y asesinada, en la lucha por la aplicación de esa doctrina con nombre del etarra a Valentín Tejero, quien fuera condenado en 1993 a una pena global de 50, de los que ha cumplido 20. Ellos tienen el apoyo de la Fiscalía vallisoletana. Ambas líneas de percepción, la de la ley y la de impotencia ante que tamaña barbaridad no tenga un castigo que al menos se aproxime ante la sociedad a la medida de los delitos, convergen para pintarnos un paisaje de- lles no contemplados, no investigados en profundidad... Ahí quedan la maraña de delitos, robos, agresiones con violencia, abusos, torturas a niñas y la presunta violación de una menor, de la que quedó impune, todos hechos atribuidos a el Boca que también intentó llevarse antes que a ella a una hermana de la niña; testigos de algunos hechos que callaron por auténtico pánico a este individuo; la falsa historia que inventó el encubridor del asesino valiéndose de de una persona que estaba moribunda con un cáncer terminal con el solo objetivo de inculparlo para exculpar a el Boca dándole una coartada; la amistad constatada de Franco con Juan y Santiago del Valle- -el asesino de Mari Luz Cortés, un caso que guarda un escalofriante paralelismo con el de la hija de los Jerez Cano- A pesar de todo, hay que intentar estar como un martillo pilón para que la sociedad no se olvide de Ana María. Y ahí está Adoración Cano, silenciosa pero pertinazmente. Su peregrinaje pidiendo justicia, de despacho en despacho de los sucesivos ministros del ramo y de las asociaciones de defensa de las víctimas, no ha cesado. Ahora también está en las redes sociales, porque su empeño de difundir y buscar apoyos para que se aplique la doctrina Parot no terminará, se lo impide la memoria de esa niñita que encontraron más de dos meses después de su desaparición en el cauce del Tinto. A Adoración Cano Martín, Dora, le arrebataron con pura vesania a su hija. La noche del día la desaparición salió a la terraza y miró al cielo. Pidió que se le mandara lo que fuera a ella, pero que Ana María volviera. Luego empezó a contar los días, uno tras otro, minuto de horror tras minuto de desesperación, tras minuto de dolor, tras minuto de pena, tras minuto de incertidumbre, tras minuto brevísimo de última esperanza, tras minuto de miedo, tras minuto de congoja y angustia, tras minuto de espanto... 69 días. Lleva Dora más de dos décadas preguntando por los asuntos pendientes que tenía el asesino de su hija, por la desproporción y la injusticia que dejará en la calle a el Boca que hasta que no violó y mató a Ana María de la forma más cruel no fue considerado reincidente; por lo que considera impunidad de un sistema en el que hay mala gestión, falta de coordinación y carencia de voluntad política para que los distintos poderes actúen con eficacia dando respuesta con arreglo a las circunstancias y tiempos en los que vivimos Son años de impotencia, dos décadas y un año vividas en memoria de Ana María. Sin olvido El Boca a la salida del juicio, en 1993 ARCHIVO Tras 69 días de angustia En febrero de 1991, el Boca golpeó con saña, violó y mató a la niña, cuyo cuerpo apareció tras 69 días solado en el que los muertos siguen muertos y sus asesinos pasan a disfrutar de su vida y de su tiempo tras saldar esa deuda, esa pena que la justicia le impuso y que se va rebajando con beneficios penitenciarios que van distribuyéndose según cada caso. Porque veintiún años son pocos o muchos, según la franja de la frontera en la que estemos. Probablemente serán muchos para el Boca que se verá libre en poco más de un mes, con un alejamiento de cinco años de Huelva. Son pocos para Adoración Cano Martín, la madre de Ana María, que no ha dejado de luchar para que el asesino de su hija cumpla íntegramente su pena. Son pocos para ella y son muchos para ir acumulando enfermedades, pocos para olvidar, pocos para no dejar de masticar en la cabeza y en el cuerpo todos y cada uno de los terribles, macabros, crueles y bestiales detalles de lo que sufrió la niña hasta su muerte. El caso de la pequeña Ana María, que provocó dolor e indignación en España, está plagado también de sombras, con intervenciones chapuceras, con praxis dudosas, con deta-

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