ABC CORDOBA 16-02-2012 página 18

18 CÓRDOBA JUEVES, 16 DE FEBRERO DE 2012 cordoba. abc. es ABC Los trámites burocráticos ponen en peligro el futuro hotel Capuchinos BEl promotor debe devolver al ICO un crédito si la obra no empieza el 30 de mayo E LUIS MIRANDA CÓRDOBA n tiempos de crisis, mientras las noticias de empresas que cierran sus puertas o despiden a trabajadores no dejan de asomarse a los titulares, es toda una novedad que haya quien esté luchando por abrir un nuevo establecimiento, y más si parte con ciertos estándares de calidad. Sin embargo, las trabas burocráticas y administrativas están haciendo peligrar un proyecto que tendría un doble impacto en la ciudad: tanto en la economía como en la percepción del casco histórico. Se trata del hotel Capuchinos, que está previsto construir a pocos metros de la plaza del Cristo de los Faroles, en el edificio que hasta hace pocos años albergó la confitería La Purísima. Las distintas fases administrativas por las que ha pasado y sigue pasando el proyecto lo han demorado hasta el punto de ponerlo en peligro: si las obras no se inician antes de final de mayo, el empresario deberá devolver al Instituto de Crédito Oficial (ICO) el préstamo que se concedió para llevar a cabo esta iniciativa empresarial. Sería la pérdida de un hotel de cuatro estrellas en pleno Centro de Córdoba e inserto en el entorno de la emblemática plaza de Capuchinos. plazas, coincidiendo con la llegada del Partido Popular al gobierno municipal después de los comicios del 22 de mayo. Se trataría de que la superficie construida aumentase en 215 metros cuadrados más, lo que supondría aproximadamente una docena más de habitaciones. Es una solución que negó el anterior Ayuntamiento y que ahora sí se vería con buenos ojos. No sólo es un proyecto empresarial con lo que ello significa de creación de nuevos puestos de trabajo y de riqueza, sino que también se mejo- raría la estética de la zona, porque se igualarían todas las alturas de ese tramo de Conde de Torres Cabrera tapando incluso algunas edificaciones que lindan. Para ello, sin embargo, el hotel tiene que superar el último obstáculo: la Primeros cambios La génesis del proyecto se sitúa en 2009, cuando el empresario Manuel Quirós del Pino decidió adquirir el edificio donde había estado la confitería La Purísima, cerrada poco antes, con la idea de realizar un hotel con encanto. El proyecto se fraguó en los siguientes meses y se remitió a la Gerencia Municipal de Urbanismo para la obtención de los permisos. El organismo autónomo exigió determinados cambios en el proyecto original, que lo condicionaban decisivamente. En concreto, se impedía igualar unas plantas con otras y se modificaba el aspecto de la fachada. Finalmente, la Gerencia Municipal de Urbanismo otorgó la licencia pocos días antes de las pasadas elecciones municipales, aunque para entonces había surgido la necesidad de adaptarlo. El hotel debía tener un máximo de 26 habitaciones, lo cual hacía difícil su rentabilidad económica si se querían mantener los servicios propios de un cuatro estrellas. Así las cosas, el empresario ha intentado una pequeña modificación para intentar aumentar el número de Fachada de la antigua confitería La Purísima, que acogerá el hotel Capuchinos Un edificio en una zona sensible de alta protección El edificio de La Purísima, futuro hotel Capuchinos, está encuadrado dentro del Conjunto Catalogado de San Miguel y San Nicolás de la Villa, identificado como CC- 7 en el PGOU. Urbanismo lo tiene definido como conjunto catalogado, aunque la mayor protección es la que le otorga la Junta de Andalucía. Al estar en el entorno de un Bien de Interés Cultural, se tienen que supervisar las actuaciones que vayan a afectar al elemento que se protege, en este caso la plaza de Capuchinos, a la que da uno de los laterales del edificio. La Comisión Provincial de Cultura, de hecho, es quien ahora tiene en sus manos el proyecto para determinar si se autoriza a comenzar las obras. El Plan Especial del Conjunto Histórico de Córdoba determina la conservación estructural de las fachadas de todas las edificaciones junto con la primera crujía necesaria para su sustentación. Se pueden admitir reformas que, sin alterar la composición ni afectar al número de huecos o a la relación entre hueco y macizo, es decir, entre la superficie construida y la vacía, en más de un 20 por ciento. La fachada, además, se deberá conservar y reintegrar si está en estado ruinoso. También se determina la conservación tipológica en el interior, con utilización exclusiva de los muros de carga, que se usan en la arquitectura tradicional. La organización del interior también debe responder a las dependencias y la distribución de la fachada, de forma que lo que está detrás no altere lo que se ve desde fuera. ç