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ABC CORDOBA 05-02-2012 página 67
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ABC CORDOBA 05-02-2012 página 67

  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC DOMINGO, 5 DE FEBRERO DE 2012 abc. es LOS DOMINGOS DE ABC 67 Andrea, te quiero Los vecinos del número 287 de la calle Cerdeña están aturdidos. No sabemos nada afirma Juan Lara, que conocía a Josep y su esposa, que llevan aquí toda la vida y a su nieta Andrea, pero no se presta a ofrecer su versión. Una semana después del suceso, agentes de Mossos seguían de guardia dentro del portal del inmueble ahuyentando a los curiosos. Fuera, la puerta de entrada al edificio cobra aspecto de puerta de un panteón. Velas funerarias a sus pies, mensajes de pésame y cariño- -sobre todo hacia Andrea- -tatúan sus paredes, y fotos de las víctimas recuerdan el horror allí encerrado. Decenas de carteles de Andrea, te quiero y sinónimos casi ocul- tan el ahora impúdico No se admite correo comercial De entre todas las fotos que orlan el portal, se impone una de una joven posando junto a un anciano al que rodea cariñosamente con su brazo derecho. Sonríen. Son- -eran- -Andrea Calafat y su abuelo Josep Claveguera. BBB estaban las víctimas. Al menos una de ellas, la abuela, que tenía problemas de movilidad y probablemente estaría durmiendo, con el rostro tapado. Las tres, según otras versiones. El gesto de cubrir la cara se asocia al pudor que le invade al verdugo cuando ve muerta a una víctima que conocía de antemano. Por aquello de las miradas que aún le persiguen a uno cuando los ojos ya no están vivos, una suerte de corazón delator como el que en su día relató Edgar Allan Poe. De resultas, las miradas inquisitivas se ciernen sobre la familia y el entorno de las víctimas. Las policiales y las periodísticas. Andrea, Nea para los amigos, vivía con sus abuelos maternos- -Josep y su esposa- -desde muy niña, después de que su madre, Marta, separada del padre de la menor y a la que algunos califican de persona con problemas mentales y de drogas, cediera su tutela al matrimonio Claveguera. La madre veía algunas veces a su hija; su padre, casi nunca, dicen. Hay quien ubica a Marta en Cubelles (Barcelona) cerca de unos familiares. En esta localidad costera viven Marcel, herma- no de Josep, y su esposa, Dolors, que se enteraron por la televisión del triple homicidio. A la llamada de ABC, Dolors descuelga el teléfono y balbucea una educada excusa para no hablar. Están muy tocados advirtió una vecina. Imposible, pues, precisar dónde está la madre de Andrea, un ecosistema que también rastrean los MosLa nieta rebelde sos en busca del sospechoso o sospechosos. Sus abuelos no veían Otro entorno bajo la lupa pola manera de encarrilicial es el de Andrea, que algular a Andrea. Con 16 nos pintaban como un poco años, había abandoconflictivo. Andrea no había nado los estudios y logrado acabar la ESO. Cuanacababa de romper do la cursaba, en un instituto de Barcelona, apenas asistía a con su último novio clase. Entonces, pasó a realizar uno de los llamados programas de cualificación profesional inicial (PQPI, sus siglas en catalán) diseñado para los adolescentes que han hecho la ESO pero no logran sacarse el título. Andrea aprendía peluquería y estética, bajo supervisión del instituto, pero eso tampoco resultó. Y de ahí su plena inmersión con su cuadrilla de amigos. Tuvo varios novios. Su físico- Barbie la llamaban algu- nos- -era un imán. Se dice que con el último rompió hace poco. Otro cabo suelto. Según dan fe amigos y conocidos, el anciano Josep y su esposa no veían la manera de encarrilar a su nieta. Rebelde aunque solo fuera por el contraste generacional, a la niña se la había visto y oído discutir acaloradamente con su abuelo en una sucursal bancaria. Se intuye que por algún pago, quizá por la paga, quién sabe. En el mismo día de autos, al calor de las decenas de periodistas que acudieron ante la casa de los horrores, algunos vecinos se animaron a retratar a la adolescente como conflictiva. Le colgaron problemas con las drogas, como su madre y amenazas a gritos contra sus abuelos Fue el caso de Juan Ramón March, quien afirmó indignado que había llamado varias veces a los Mossos para avisarles de discusiones Así que se apresuró a dar por archivado el caso: Ella mató a sus abuelos y se suicidó Andrea fue enterrada el pasado jueves. Sus últimos hálitos de vida, como los de sus abuelos, siguen rodeados de misterio. Discusiones acaloradas

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