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ABC CORDOBA 04-02-2012 página 67
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ABC SÁBADO, 4 DE FEBRERO DE 2012 abc. es internacional INTERNACIONAL 67 INSEGURIDAD La mano extranjera y desestabilizadora Frente a los ataques recibidos, los militares y el Gobierno contraatacan asegurando que los disturbios han sido causados por intereses extranjeros y de quienes están interesados en la desestabilización del país. Acusaciones difusas, que prefie- ren no concretar, pero que hacen énfasis también en las teorías de la conspiración que tanto éxito tienen siempre en Egipto. No falta también quienes consideren que el origen de la tragedia está en los propios hinchas y en la violencia generada por la pasión por un deporte que galvaniza a las masas egipcias. Crece el número de secuestros express en la península del Sinaí P. ROSAS HERMANN CONSPIRACIÓN Manifestantes huyen de la Policía en una protesta ayer en El Cairo AFP El breve secuestro ayer de dos turistas estadounidenses en el Sinaí, un eslabón más en la cadena de sucesos similares que han sucedido en los últimos meses, supone una muestra preocupante del deterioro de la seguridad en esta península egipcia, uno de los lugares más turísticos del país. Algunos grupos de beduinos, que resienten la discriminación a la que se han visto sometidos durante décadas, parecen haber aprovechado la relajación de las fuerzas de seguridad desde la revolución para tomarse la justicia por su mano. Ayer, las dos estadounidenses, de 74 y 64 años, fueron secuestradas junto a su guía egipcio por un grupo de hombres armados cuando viajaban con otros turistas desde el monasterio de Santa Catalina hasta la localidad de Sharm el Sheij. El hecho de que el resto de viajeros fueran desvalijados por los secuestradores hacía suponer que no se trataba de terroristas y, poco después, el ministro de Turismo confirmaba que los captores querían a cambio de su liberación la excarcelación de un grupo detenido por traficar con opio. Los tres fueron liberados a las pocas horas. Esta semana, un grupo de 25 trabajadores chinos fue secuestrado también en el Sinaí y liberado apenas un día después. Los secuestradores, también beduinos, pedían la excarcelación de varios detenidos. El mes pasado, otro grupo de 50 turistas alemanes y británicos fueron retenidos durante varias horas por hombres armados. Hosni Mubarak solía celebrar las cumbres internacionales en Sharm el Sheij en parte porque era uno de los lugares más seguros de Egipto. Aunque también ha sido escenario de atentados terroristas, este tipo de sucesos eran inéditos hasta ahora. S e han extendido ya por todo Egipto los disturbios. Con su goteo de muertos y heridos por aquí y por allá. Casi no parecen nada tras el terrorífico balance de 74 cadáveres sacados del estadio de Port Said. Que aquello tenía que tener consecuencias estaba claro. Porque algunas cosas no habían funcionado en absoluto, los servicios de seguridad y la policía, y otros demasiado bien, como la voluntad de matar. Los enfrentamientos entre hinchas de los clubes Al Ahly y Al Masry fueron la causa directa del baño de sangre. Pero los egipcios ven mucho más ya en aquel incidente. Y cada egipcio tiene a estas alturas su propia teoría conspirativa. La más ingenua es la de los hinchas del Al Ahly, que creen que el Ministerio del Interior quería vengarse por su vociferantes coros de insultos. Pero las hay de todos los gustos, desde los que ven una maniobra conjunta de Hermanos Musulmanes y Junta Militar para imponer un estado de excepción, quienes creen que la Junta utiliza el viejo sistema de movilizar el lumpen urbano para paralizar la transición o quienes detectan como siempre una operación desestabilizadora de Israel y Estados Unidos. Lo que ha quedado en evidencia es que elecciones y gobiernos no han traído estabilidad a una transición que nadie sabe adonde va.

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