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ABC CORDOBA 26-01-2012 página 73
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  • EdiciónABC, CORDOBA
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ABC JUEVES, 26 DE ENERO DE 2012 abc. es deportes DEPORTES 73 al Barcelona Pujol celebra con sus compañeros el gol de Alves REUTERS CARRIL DEL OCHO Con una semana de retraso Soñando. Escribo este texto desde el descanso. 2- 0 y quién lo diría por lo visto. Sorprendente. Y no sólo porque la diferencia fue parcial y cruel con los madridistas. Sobre todo porque haciendo un escaso ejercicio de imaginación, la que me queda en esto del fútbol, cierro los ojos y veo esta soltura madridista en el Bernabéu. Sus muchas posibilidades se han visto en el Camp Nou e insisto que tecleo antes de llegar al final de partido y de la eliminatoria. El Madrid apretó, robó, corrió, discutió la posesión y llegó; pero es curioso, no exhibió su mejor arma: la contundencia. Y les puedo asegurar sin margen de error que los dirigía el mismo entrenador que hace una semana. Un resultado malvado, un equipo con múltiples registros que mostrar. La ida pagó la factura. Espectáculo. Fue una final anticipada- -con permiso del Mirandés- -que tuvo expectación y nada de decepción. Otros 90 minutos sin concordia deportiva, con el repertorio en su máximo esplendor. Esta vez nadie puede hacer un reproche porque el fútbol se impuso a cualquier ataque de entrenador, que aunque movieron las piezas a conciencia, se tuvieron que plegar a la decisión en el campo de los dueños de este juego: los jugadores. Viendo el partido desde la televisión parecía tan sencillo que animábamos a los futbolistas a acertar con la línea de pase o el tiro idóneo tan sólo al verlo desde una perspectiva que todo lo ve y lo interpreta de forma precisa. La virtud de ellos y el gozo nuestro es hacerlo al ras de cancha y con nuestros ojos cenitales. Esa es la dificultad. Gracias a ambos porque con independencia del resultado, nos sentimos dignos de hablar de fútbol y de lo bueno en el clásico. Esta vez sí. Grupo. Los jugadores, para que todo vaya acorde a su voluntad, tienen que ir en una misma línea, que ni siquiera tiene que ser la que marque el entrenador aunque sea preferible, sino la que ellos mismos quieren delinear. En base a lo que sea, pero todos a una. Y de eso en el Nou Camp ni una sola duda de los madridistas. Estarían con más o menos acierto, pero con gran voluntad de tenerlo. Si las filtraciones siempre interesadas y nunca demostradas pudieron hacer mella; entiendo que fueron para bien. Cada uno en su lugar y los jugadores de Mourinho con la misma vocación de servicio que la mostrada por su técnico. Su problema como en los últimos tiempos: enfrente estaba el Barça. AFP Había jugado como nunca e iba perdiendo como siempre. ¿Y? Mejor así que irse 1- 0 al descanso jugando como un miserable, atrancado atrás y llorando que venga mamá a salvarme. Perdía pero había demostrado, ya daba igual todo, que saliendo a jugar era incluso más que el mejor equipo del mundo. Mourinho tendrá la coartada de que perdieron pero eso al Bernabéu no le importa tanto si demuestras valor, riesgo y audacia, valores que siempre ha tenido el Madrid y que han estado secuestrados en los últimos clásicos. En la segunda parte que parecía otra historia porque el desánimo cundía en las filas blancas, encontró a un Madrid admirable, un Madrid que nunca se rindió y siguió empujando aunque ya no tuvo tanto el balón como antes. Lo que no había encontrado en la primera parte, el acierto, lo encontró después. De nuevo Ozil sacó la varita y Cristiano acortó distancias. Al instante tocaron ataque general y Benzema puso el partido y la eliminatoria en un brete. Estuvo a punto del milagro que mereció, pero el árbitro, con una absurda expulsión, le frenó en seco. Acabó fuera, pero ganó mucho: autoestima y el convencimiento de que no es menos que el Barça, asunto nada baladí. MÍCHEL Imágenes del encuentro en el Camp Nou

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