ABC CORDOBA 15-01-2012 página 87

ABC DOMINGO, 15 DE ENERO DE 2012 abc. es deportes DEPORTES 87 Las claves B Muy pronto se quedó el Córdoba con diez hombres por la expulsión de David Prieto, lo que obligó a Paco Jémez a reestructurar líneas, pero la defensa blanquiverde se quedó debilitada 1 Inferioridad numérica B B 3 El Murcia se mereció marcar sus dos tantos, porque creó ocasiones para ello en la primera mitad y, además, controló más el centro del campo, pero el Córdoba también llegó con facilidad 2 Dos goles como dos losas B 4 La segunda mitad fue prácticamente del Córdoba y en los primeros compases de la reanudación Patiño acortó distancias, insuflando nuevas esperanzas para la remontada Patiño devuelve la esperanza Una segunda amarilla a Emilio Sánchez dejó a ambos equipos igualados en número de jugadores, y ahí se empezó a demostrar la superioridad en juego d elos visitantes, que no remataron a su víctima Equilibrio de fuerzas lanzara al larguero un penalti en el minuto seis sa visitante, que se replegó cediendo bastantes metros a los murcianos, que, a mitad de la función, controlaban el centro del campo, con Emilio Sánchez de timonel y un Javi Hervás totalmente desaparecido. López Silva llevó varios ataques por la izquierda que asustaron a la parroquia de la Nueva Condomina, dejando en entredicho la zaga local, que también estaba especialmente tonta. Así, a la media hora de juego, el Murcia empezó a perder su ventaja y el Córdoba se hizo dueño del balón. LA VERDAD DE MURCIA Hervás, ausente Javi Hervás no estuvo al nivel que viene siendo habitual. Sólo despertó al final, con dos buenos pases Falta un rematador nato Incontables fueron las ocasiones que tuvieron Patiño y Pepe Díaz en sus botas y sólo una entró Pero cuando más peligro estaba creando llegó el segundo gol, que enfrió los ánimos hasta el final del primer tiempo. Muy lejos de amedrentarse, Jémez sacó a Fede Vico para refrescar el juego en el reinicio. Tanto es así, que las prisas del Córdoba por acortar distancias cristalizaron a los doce minutos, cuando un excelente pase de Caballero lo recogió Patiño para rematar, según le venía, al interior de la red. El Córdoba estaba muy vivo, a pesar del larguero del exblanquiverde Rubén y de que Alberto García tuvo un par de intervenciones reveladoras de su calidad. Y más revivió cuando el árbitro le sacó la segunda y muy rigurosa amarilla a Emilio Sánchez, igualando las tornas en número de contrincantes. Ahí fue donde el Córdoba demostró su superioridad: arrinconó a un asustado Murcia en su campo, dejando al Ruso en solitario en busca de un posible rechace a la contra. Porque todo el ataque era blanquiverde, muy a pesar de Hervás, que sólo despertó en los últimos compases, sacándose de la chistera un par de buenos centros que se aproximaron un poco a lo que venía siendo su nivel general. Pero los rematadores no tenían su día. Patiño falló tres ocasiones de las que hacen saltar al aficionado del asiento (la última, saliendo fuera por muy poco) y al pobre Quero Amaya le robó el grito del gol que ya se le había iniciado en la garganta con una puntera milagrosa cuando el balón había rebasado a Alberto y se acercaba a la línea de meta. Un gol que hubiera dado valor pleno al término justicia, porque, como mínimo, el Córdoba mereció empatar.