ABC CORDOBA 12-01-2012 página 17
- EdiciónABC, CORDOBA
- Página17
- Fecha de publicación12/01/2012
- ID0006055612
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ABC JUEVES, 12 DE ENERO DE 2012 abc. es opinion OPINIÓN 17 VERSO SUELTO VIC LUIS MIRANDA DECENTE SUBVERSIÓN Hay palabras a las que les han echado encima una clámide chivata de vergüenza para no ver su realidad revolucionaria E 14 de marzo de 1815, con el fin de premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la Nación y muy especialmente en aquellos servicios excepcionales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos Dicho esto, el primer Consejo de Ministros que preside Rajoy como presidente del Gobierno, entre otras medidas tomadas, no se le ocurre otra maravillosa idea que conceder la mencionada Medalla al inútil, inepto y prepotente de nuestro querido ex- timonel, José Luís Rodríguez Zapatero. Una de dos, o Rajoy no es tan listo como yo creía, o él mismo ha sufrido un lapsus (que en caso de que sea así, esperemos que sea temporal) y él mismo se ha confundido de persona o de medalla. Porque es de tomadura de pelo que a este personaje que nos ha arruinado, deja el país hechos unos zorros, con cinco millones de parados, etc, se le premie con tal alta distinción. Este hecho demuestra una vez más que en España los inútiles son los que son premiados. Y para concluir esta carta, decir que coincido plenamente y estoy totalmente de acuerdo con el contenido de la columna escrita por José Calvo Poyato en el ABC del 31 del pasado mes de diciembre, titulada Adiós a 2011 y a Zapatero así como la conclusión que efectúa al final Ignacio Camacho, en su columna del citado día titulada Uvas amargas y en la cual escribe: Porque suena a recochineo que nos pasen la factura del descalabro y al responsable lo condecoren con el Collar de Isabel la Católica Y es que España no es un país para viejos, si no un país para tontos ANTONIO JOSÉ JIMÉNEZ FONSECA VILLAFRANCA DE CÓRDOBA ¿Una utopía? Finlandia lleva años sin cambiar de sistema educativo. El Estado financia completamente una enseñanza de calidad. Los currículos establecidos son claros, concretos y prudentes. Los ritmos de aprendizaje son delicadamente adecuados a la edad de los estudiantes. Los problemasde aprendizaje son detectados y remediados desde un principio. El objetivo: no dejar atrás a ningún alumno. Por lo tanto, el fracaso escolar en Finlandia es una rareza. Pero lo que es un factor decisivo en la balanza es el profesorado. La profesión goza de prestigio y respeto en este país. Los aspirantes, antes de llegar a su objetivo, deben pasar un proceso riguroso de selección y recibir una estricta formación. Finlandia nos muestra con su ejemplo que la consolidación de un buen sistema educativo en un país no es una utopía. ISABEL TRIUS BÉJAR BARCELONA Pueden dirigir sus cartas y preguntas al director a: Por correo: C San Álvaro, 8, 1 3. 14003 Córdoba Por fax: 957 496 301. Por correo electrónico: cartas. cordoba abc. es. es Lo más leído La decisión de los científicos de adelantar en un minuto el reloj del Juicio Final; los riesgos de vender nuestro coche para pagar las facturas, y la foto en top- less de la actriz AnnaLynne McCord fueron algunos de los temas más comentados ayer por los lectores en ABC. es La Copa del Rey Esta noche se completa el cuadro de cuartos de final de la Copa del Rey. En ABC. es se puede seguir en directo los partidos Athletic- Albacete (a partir de las 20 horas) y el Osasuna Barcelona (22 horas) en los que están en juego las dos últimas plazas AnnaLynne McCord N los primeros días de Macondo el mundo era tan reciente que muchas cosas no tenían nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. En la España de hoy las palabras se hacinan con escándalo en montañas brumosas sin final a la vista y algunas están gastadas por el manoseo abusivo y sin desmayo, pero a otras les han echado encima una clámide chivata de vergüenza para evitar que alguien las mire y a través de ellas se acerque a su realidad limpia y subversiva como la verdad de un niño que grita. Hay quien las señala con el dedo de la paráfrasis y quien se atreve a soltarlas como bombas que derrumbarán los castillos de naipes de los que mandan y deciden, aunque sólo unos pocos sean capaces de ver los estragos en los miserables despojos éticos de esta sociedad que se soñó opulenta. La última la dijo en ABC hace poco el economista Leopoldo Abadía, y por sí misma hubiese provocado una estampida enloquecida en una convención política o algunos sonrojos en una reunión de empresarios. Decencia, dijo. En esta crisis lo menos importante es lo económico. Es una crisis de decencia Desde Julio Anguita por el 99- -y Mendiluce, antes de hacerse el harakiri- -no se escuchaba la descarnada revolución de su exigencia, la austera exactitud de aquello que se esconde detrás de la apariencia ñoña que le dieron los dogmas de otra época. Al otro lado del periódico le daban la razón noticias espantosas y soeces de altos cargos de la Junta de Andalucía que habían convertido el dinero público en cocaína para metérselo por la nariz en una juerga, y uno se pregunta si todos estos sinvergüenzas quisieron abolir la decencia por la vía de los hechos consumados o por el contrario se criaron en el humus apestoso de una sociedad desnortada que no hacía más que aplaudirles y darles carta blanca una y otra vez para hacer el canalla, desde el simple parroquiano de cerveza y tragaperras en el bar hasta la alcaldesa que pide que se despenalice el cohecho, no sea que el trago de mandar haya que hacerlo sin regalitos ni privilegios, le faltó decir. Son las cosas de un país donde si uno se escandaliza es porque el lujo se lo pega el vecino y a él no le tocan ni las cáscaras de las gambas para hacer una sopa, donde las drogas serán ilegales pero nadie que las quiera comprar se queda sin ellas y quien quiera ser alguien se hace el interesante hablando de la resina sospechosa y el humo empalagoso como quien comenta los matices de un vino, donde economistas de pacotilla y políticos adictos a los sillones de cuero de coches y despachos se emborracharon tanto del licor de las gráficas ascendentes que pensaban que el banquete les iba a durar toda la vida y que si alguna vez explotaba lo iban a pagar quienes no tenían más culpa que la de votarlos, consentirlos y envidiarlos. Hay que reconocer que serían indecentes, pero no tontos del todo.