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ABC CORDOBA 29-12-2008 página 36
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ABC CORDOBA 29-12-2008 página 36

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36 CÓRDOBA Cincuenta años de la muerte del obispo de la posguerra LUNES 29 s 12 s 2008 ABC SU MINISTERIO EN IMÁGENES IMAGENES CEDIDAS POR LA EXPOSICIÓN FRAY ALBINO. VIDA Y OBRA El obispo bendice a los fieles en el Patio de los Naranjos, en sus primeros tiempos en Córdoba Transporte del féretro del dominico, en agosto de 1958 Oficio religioso en el antiguo Cuarel de Artillería, hoy sede de la Gerencia de Urbanismo Fray Albino, el obispo blanco de la paz El prelado recibió en Córdoba de Veracruz (México) en 1948 una calurosa acogida de las autoridades locales y de españoles exiliados, muchos de ellos anticlericales La llave que le entregaron como regalo está en la exposición sobre su figura en Cajasur POR RAFAEL A. AGUILAR CÓRDOBA. Cualquiera que tenga nociones sobre la historia de esta ciudad sabe de sobra que la huella que dejó en ella Fray Albino en sus doce años de ministerio fue decisiva en esa Córdoba de la posguerra tan carente, como el resto de España, de los bienes más básicos. El obispo blanco como es conocido el prelado dominico que dirigió la diócesis entre 1946 y 1958 (fecha de su fallecimiento) no sólo supuso para la capital y la provincia la construcción de las casas de Cañero y del barrio que lleva su nombre en el sur del núcleo urbano gracias a la creación de la Asociación Benéfica Sagrada Familia; su legado es también más amplio que la edificación de 33 nuevos templos parroquiales, el alumbramiento de las Hermandades del Trabajo y la reorganización de las instalaciones, el profesorado y el alumnado en el Seminario. Con ser mucho el mérito de los logros del obispo citados hasta ahora, hay uno que quizás ha pasado más desapercibido hasta el momento, o que al menos no es del dominio del común de los ciudadanos. Se trata del talante conciliador del fraile que gobernó la Iglesia cordobesa en unos tiempos muy enconados y con la Guerra Civil muy reciente. En la medida de sus posibilidades y siempre teniendo claro cuál era su sitio, Fray Albino puso paz entre las dos Españas que se dolían en los años cuarenta y cincuenta de la contienda que acababa de finalizar. Para comprobarlo no sólo hay que observar su firme compromiso con las clases más desfavorecidas y el desarrollo de iniciativas sociales desconocidas hasta ese instante, sino que también conviene no perder de vista la faceta diplomática del dominico. Una pequeña llave que se exhibe estos días en la exposición Fray Albino. Vida y Obra en los salones de Cajasur de Reyes Católicos, da cuenta de ello. Se trata de un obsequio que recibió el obispo en un viaje que realizó a México en 1948, dos años después de su incorporación a la diócesis y cuando el país azteca se había convertido ya en el domicilio definitivo de miles de españoles que, por su filiación republicana o de izquierdas, eligieron el exilio tras la victoria del general Franco en la Guerra Civil. El obispo le envió una carta a Cruz Conde para informarle de su grata visita a la ciudad azteca homónima Al ponerme al cuello la llavecita estalló una salva de aplausos atronadora escribió el fraile dominico

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