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ABC CORDOBA 28-07-2004 página 22
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22 MIÉRCOLES 28 7 2004 ABC Internacional Un Clinton estelar arremete contra los republicanos en la convención de Boston Los demócratas plantean el gran debate sobre si EE. UU. va bien con Bush Jimmy Carter protagonizó uno de los ataques más duros de la velada, al acusar a la Casa Blanca de haber mentido a todo el mundo en torno a Irak PEDRO RODRÍGUEZ. CORRESPONSAL BOSTON. El Partido Demócrata no ha perdido el tiempo en su cónclave cuatrienal para empezar a formular ese ya clásico debate político sobre si Estados Unidos ha mejorado o empeorado durante los últimos cuatro años con George W. Bush en la Casa Blanca. Una estrategia electoral- -reciclada con ironía de la demoledora campaña librada en 1980 por Ronald Reagan contra Jimmy Carter- -que planta cara a los republicanos en los dos frentes claves de este pulso presidencial: la añorada prosperidad económica de la década de los noventa y las nociones de seguridad destruidas tras el 11- S. Bill Clinton, demostrando una vez más esa reconocida maestría electoralista que le ha convertido en el único presidente demócrata ganador de dos mandatos desde la Segunda Guerra Mundial, fue el encargado durante la noche del lunes de poner sobre la mesa una larga serie de comparaciones muy poco favorables para la Administración Bush, sobre todo, en términos económicos. Clinton llegó a reconocer con gracia que ahora que es un millonario, en parte por el gran negocio de sus memorias, ha estado tentado de agradecer personalmente a los republicanos la cómoda fiscalidad lograda en los últimos años por las rentas más altas del país. b El ex presidente Durante su actuación estelar en Boston- -en términos musicales comparada a una síntesis de Elvis Presley, los Beatles, James Brown y Bruce Springsteen- Bill Clinton encandiló a las bases de su partido apiñadas dentro del estadio Fleet Center insistiendo en que los demócratas son también la mejor opción electoral para la clase media de este país. Un argumento central en estas elecciones, sobre todo ante las críticas conservadoras de que el tícket Kerry- Edwards no encaja dentro de la escala de valores tradicionales de la América real. En el capítulo de seguridad nacional, Clinton llegó a admitir que aunque él mismo y el vicepresidente Cheney hicieron lo posible por librarse de Vietnam, John Kerry fue como voluntario en primera línea de fuego pese a disponer de privilegiadas conexiones familiares. Según el ex presidente, sus oponentes os dirán que hay que tener miedo de los demócratas porque no van a plantar cara al terrorismo. No os lo creáis. Fortaleza y sabiduría no son valores opuestos Dos por el precio de uno Bajo esa tradición familiar de dos por el precio de uno Hillary Clinton se encargó de presentar a su esposo aunque no faltaban en Boston activistas demócratas que hubieran deseado un cambio de papeles maritales para lograr fi- Clinton saluda a los seguidores de Kerry, tras intervenir en la Convención AP Bush y Cheney abrazan con entusiasmo el informe del 11- S ALFONSO ARMADA. CORRESPONSAL NUEVA YORK. La Casa Blanca parece dispuesta a retomar la iniciativa en cuestiones de seguridad. Mientras la convención demócrata acapara el bullicio informativo, el presidente Bush ha anunciado su disposición a poner en marcha de forma expeditiva varias de las recomendaciones de la comisión bipartidista, que señaló que EE. UU. está a merced de un nuevo ataque y que podría ser antes de las elecciones de noviembre. Tanto Bush como su vicepresidente, Dick Cheney, han abrazado con entusiasmo las conclusiones de una co- Clinton, un orador magistral Pese a que Al Gore durante las elecciones de 2000 trató a Bill Clinton como una especie de contaminante material radioactivo, en esta ocasión, John F. Kerry ha demostrado no tener reparo alguno en utilizar la ayuda del ex presidente que, pese a todos los escándalos personales y la saga del impeachment se mantiene como una figura formidable dentro de la polarizada política de Estados Unidos. Clinton es un orador magistral que con sorprendente habilidad es capaz de entrelazar versículos de la Biblia y enrevesadas cuestiones geoestratégicas ante boquiabiertas audiencias. misión que criticó el estado del espionaje y los errores cometidos al evaluar la amenaza que representaba Sadam Husein o los supuestos lazos entre Bagdad y Al Qaida, machaconamente esgrimidos por la Casa Blanca para justificar la invasión de Irak. El New York Times dedicó ayer a Bush su primer editorial elogioso de los últimos meses a cuenta de la anunciada disposición del presidente de seguir los consejos de los congresistas, incluido el posible nombramiento de un director nacional de espionaje (Inteligencia) con mando sobre la CIA, la Agencia Nacional de Seguridad, el departamento de contraespionaje del FBI, la Agencia de Inteligencia de la Defensa (adscrita al Pentágono) y otras unidades diseminadas a lo largo y ancho de la intrincada burocracia de la única superpotencia. No está claro todavía si el nuevo zar del espionaje tendría rango ministerial, pero la tarea de embridar culturas, presupuestos e históricas malas relaciones entre las frondosas ramas del mundo secreto estadounidense se presume especialmente ardua. El diario liberal no se priva de ironizar diciendo que, quizá, tras la diligencia presidencial se oculte el deseo de privar a los demócratas de la pólvora proporcionada por la comisión, o el de acallar las críticas ante el hecho de que Bush iniciara sus vacaciones al día siguiente del comprometedor informe del 11- S.

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