Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC CORDOBA 08-05-2004 página 86
ABC CORDOBA 08-05-2004 página 86
Ir a detalle de periódico

ABC CORDOBA 08-05-2004 página 86

  • EdiciónABC, CORDOBA
  • Página86
Más información

Descripción

86 Los sábados de ABC SÁBADO 8 5 2004 ABC EL FUTURO YA ESTÁ EN CASA Viene de la página anterior Su bañera de hidromasaje tarda dieciocho minutos en llenarse. Y el proceso puede iniciarse en el camino hacia casa, con un mensaje sms desde el móvil, o mientras prepara la cena. Así ahorra dieciocho minutos de espera cada día. Cuando se va de vacaciones, C dispone de un sistema de simulación de presencia que reproduce los últimos quince días de vida dentro de una vivienda. Como si la familia estuviera dentro. C no es un personaje de una novela de Ray Bradbury, sino un cliente de la empresa de Ángel Ferrández, presidente de Domogar 2004, la primera feria que se celebra en España- -finaliza hoy en Valencia- -exclusivamente centrada en la domótica. El sistema descrito, en una casa de 250 metros cuadrados, le ha costado 36.000 euros. C no es su mejor fuente de ingresos. En Madrid, el dueño de una casa situada cerca de la alquilada por David Beckham (1.500 metros cuadrados, en una parcela de 15.000) invirtió 150.000. Y en Marbella, el propietario de una mansión llegó hasta los 240.000. Un lujo imposible para la mayoría, aunque se destine a algo que suena bien: más seguridad, confort, ocio. No hace falta tanto dinero para instalar un sistema domótico medio, que sirva para tener un control centralizado de nuestros aparatos electró- Órdenes desde el móvil. O desde el pc. Toda la casa al alcance de la domótica Cada habitación tiene su temperatura. La tecnología permite distribuir el calor o el frío nicos. Ferrández dice que el 80 por ciento de sus clientes invierte unos 3.000 euros. Luis de Garrido, arquitecto, pionero del sector en España, habla de entre 6.000 y 9.000 para una vivienda nueva. Entre esas cifras se mueve la inversión necesaria para entrar en este futuro que empezó hace una década. Porque la domótica ya casi es adolescente, aunque distintos factores (la dificultad de las obras en casas habitadas, el precio, la falta de compromiso de los constructores o el deficiente marketing) hayan retrasado su explosión. Lo que hay, lo que habrá Ahora, el eslogan clásico la casa inteligente parece que va en serio, aunque Luis de Garrido se queja de que los sistemas que los constructores instalan en las viviendas son bastante malos, rudimentarios con el único propósito de incluir la palabra domótica en la memoria de calidades. Publicidad vacía de contenido, sugiere. En su opinión, apenas un centenar de viviendas en España se pueden considerar domóticas en sentido estricto. David Oliver, secretario de Konnex EIB España, asociación del sistema líder en integración de aplicaciones en edificios, dice por el contrario que el año pasado se construyeron 60.000 viviendas domóticas en España. Domótica significa gestionar de forma centralizada, segura y confortable una vivien- Pasarela residencial. Es lo último, la unión de los aparatos eléctricos y las comunicaciones Una radio como un enchufe. Música o noticias empotradas en la pared. Sólo precisa electricidad Cocina en red. Televisión, dvd, internet... El mundo al alcance bajo el armario de los platos Centro de control. Desde esta pantalla se abren persianas o se elige la intensidad de las luces VIVIENDA INTELIGENTE, O VIVIR INTELIGENTEMENTE POR SANTIAGO LORENTE Profesor de Sociología de la Universidad Politécnica de Madrid a distinción no es mía, sino de unas sociólogas alemanas, Sibyl Meyer y Eva que publicaron hace ya casi una década un informe sobre domótica. La idea que subyace es que el énfasis no está en el objeto (la casa) sino en sus sujetos (las personas que viven en ella) El término domótica es el que se ha impuesto sobre el de vivienda inteligente El primero arrancó en Francia, y hoy es prevalente en España, mientras que el segundo lo es en Estados Unidos. Pero hay que decir que tanto uno como otros son unos desafortunados nombres que ocultan unas maravillosas realidades. Les diré por qué. De lo que se trata es de hacer de la vivienda un lugar humano. Ésa es la inteligencia, y eso es lo inteligente. Y por eso construimos herramientas, para que seamos más humanos. Eduard Carbonell, uno de los tres codirectores de Atapuerca, no se cansa de decirlo: no somos todavía suficientemente humanos porque aún no sabemos usar bien e intensamente la tecnología. Karel Kapek inventó el término robot que en checo significa asistente esclavo... Efectivamente, el ser humano del que procedemos, el Cromagnon, salió ya sapiens de África, con su tecnología auriñaciense, como nos recuerda Juan Luis Arsuaga, otro de los codirectores de Atapuerca, y en Babilonia, esto es, en el actual territorio de Irak y Siria, deja el nomadismo, deja incluso las cuevas, y aprende- -con barro y paja- -a hacerse unas casas que parecen, curiosamente, unos igloos de adobe, en vez de hielo. Hoy se pueden ver unas réplicas modernas de tales vi- L viendas primitivas en la carretera de Hama a Palmira, en Siria, réplicas que emocionan y llevan a pensar que hace unos diez mil años la humanidad se comprometió a ser más inteligente que a vivir como nómadas o en cuevas. La historia de la inteligencia no paró, y a comienzos del siglo XIX da un salto de gigante con la invención de la electricidad. Casi todo el mundo identifica electricidad con iluminación (las bombillas) y muchos lo hacen también con energía (los motores eléctricos) pero muy pocos lo hacen con control y automatización. Éste es el reto actual de la electricidad hecha pequeña, veloz y poderosa, que llamamos electrónica y micro- electrónica, en el contexto de la vivienda: hacer que vivamos más inteligentemente en el hogar. ¿Cómo lo puede hacer? Simple: controlando y vigilando, como ángel de la guarda, una de las cosas más sagradas que tenemos: la vivienda, el hogar (etimológicamente, el fuego que sirve para cocinar, calentarnos e iluminarnos, y alrededor del cual estamos) Se trata de controlar calefacción, iluminación, vigilancia frente a intrusos, fuego y humos en las cocinas, inundaciones en los cuartos de baño... mientras nosotros nos afanamos en las cosas más importantes: educar a nuestros hijos, hablar con ellos y con la pareja, descansar del duro trabajo ¡como escribir este pequeño artículo! comer y dormir a gusto, recibir a amigos y ser hospitalarios. En definitiva, vivir más humanamente mientras las cosas más rutinarias y pedestres, se controlan por sí solas gracias a la electrónica. Vivamos inteligentemente. da. La calefacción, la luz, el agua, puertas y ventanas, electrodomésticos... hasta el extremo de C, el propietario de la casa de la Ciudad de las Ciencias, en Valencia. Cualquier cosa conectada a la electricidad puede manejarse desde una pantalla táctil en casa, o desde el ordenador de la oficina, o desde el móvil, o desde una pda El propósito es conseguir un hogar más seguro, mejor protegido, más acogedor, mejor comunicado. Según insisten los expertos reunidos en Valencia, como el sociólogo Santiago Lorente, se trata de robarle tiempo a las tareas mecánicas para regalárselo al ocio, a la familia. Primero, la seguridad ¿Qué piden los usuarios? Lo más inmediato tiene que ver con la seguridad, los sistemas de detección de inundaciones de agua o de escapes de gas; las alarmas, la simulación de presencia. En este apartado se pueden elegir soluciones más o menos simples, como subir y bajar una persiana a una determinada hora, conectar el riego automático o encender las luces, o quizá llegar al punto de fotocopiar la vida de los últimos días, como hace C pero sin que nadie esté en casa. Hay empresas que van más allá: conectan el portero automático al móvil, de forma

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.