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ABC CORDOBA 07-05-2004 página 67
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ABC VIERNES 7 5 2004 Espectáculos 67 Van Helsing ¡Rayos y retruécanos! J. C. El testamento del Dr. Mabuse el supervillano original ANTONIO WEINRICHTER Hoy regresa a los cines uno de los grandes títulos clásicos de la historia: El testamento de doctor Mabuse dirigida por Fritz Lang en el año 1933, y que se repone ahora con un nuevo montaje de 121 minutos de duración. La insólita llegada a la pantalla grande de un incunable del cine es motivo de alborozo, máxime cuando no se trata de uno de esos clásicos populares que se reponen continuamente. El testamento del Dr. Mabuse es el tercer título de Fritz Lang sobre las hazañas del malvado doctor; había rodado otros dos en 1922 y haría otro a su vuelta a Alemania en 1960 (después se filmaron tres más, ya sin su participación) Los Mabuses mudos provenían de un folletón de Norbert Jacques publicado por entregas en la prensa; pero El testamento... era una creación original de Lang y su mujer, Thea von Harbou, y la intención que los guiaba era muy diferente. Más allá de aprovechar la popularidad del personaje para crear otro de sus trepidantes thrillers conspirativos (este género es un invento languiano aunque luego se lo apropiara Hitchcock, que empezó copiando sus films alemanes, y alcanzara su máxima popularidad en la serie Bond) Lang quiso dar un toque de atención sobre el inminente peligro que representaban los nazis para la sociedad alemana. Aunque en 1932, cuando se escribió el guión, había poca gente convencida de que Hitler llegaría al poder, Lang se empeñó en colocar en boca de criminales los slogans y creencias del Tercer Reich La reacción fue fulminante: el nuevo gobierno prohibió la película porque demostraba, en palabras del mismísimo Goebbels, que un grupo de hombres decididos puede derrocar cualquier gobierno por la fuerza bruta La idea de que la película podía incitar al terrorismo no deja de resultar irónica en el contexto nazi pero no impidió que Goebbels le ofreciera a Lang la dirección del nuevo cine hitleriano (el director cogió el tren esa misma noche) Hoy, la impertinente oportunidad histórica de la película resulta tan fascinante como el retrato que hace de una sociedad comida por la inflación y la corrupción; y ese Mabuse de poderes hipnóticos que dice Yo soy la ley y quiere alcanzar el poder por medio del terror resulta un precedente de todos los supervillanos del cine... y, ay, de algunos que acechan en el mundo real. Desconocemos si Stephen Sommers está familiarizado con el ideario pokémon, pero su película es fiel reflejo del grito de guerra que impregna dicha, curiosamente, ensaladilla de monstruitos: Hazte con todos Con todos y con todo porque, no contento con aglutinar la nómina freak del patrimonio Universal (falta el jorobado de Notre Dame para igualar la plusmarca de La zíngara y los monstruos canto del cisne del filón allá por 1944) también hace lo mismo con géneros y subgéneros: unos fideos de spaghetti- western, unos chispazos aventureros a lo Indiana Jones (no tan gozosos como en La momia una pizca de humorada levemente autoparódica (y, en este tipo de películas, es mejor pasarse que no llegar) limaduras de serial años treinta con sujetalibros que accionan portezuelas a pasadizos, espionaje a los James Bond (con sus gadgets proporcionados por un monjecillo antepasado de Q. y retazos dramáticos y sufrientes, porque en el fondo lo de atrapar monstruos produce toneladas de estrés y sourmenage De todo, vaya. ¿Y cine de terror, que ése era el plan? Quizá estemos chapados a la clásica, porque tanta infusión de Lugosi, Chaney y cía. tiene que tener efectos secundarios por fuerza, pero en esta verbena, en vez de túnel del terror, sólo hay montaña rusa. Sommers nos mete en una diligencia a galope tendido, conducida por jamelgos transilvanos los más rápidos del mundo en una de tantas perlas del guión) y no nos suelta hasta la última dentellada del hombre lobo. Así, en este perenne hig- Director: Stephen Sommers. Intérpretes: Hugh Jackman, Kate Beckinsale, Richard Roxburgh, David Wenham, Elena Anaya. Nacionalidad: EE. UU. 2004 Duración: 132 minutos Calificación: hlight más difícil todavía de tres pistas, la elegancia animal de Drácula, la perra vida del hombre lobo o la crisis existencial del monstruo de Frankenstein (aquí travestido en un Boring por aburrido, Karloff cualquiera, según feliz chascarrillo de un colega internauta) entrarían como elefantes en una cacharrería digital, así que la opción de Sommers es el barullo agitado, el mareo zebedeo y centelleante y, en vez de (neo) goticismo, retruécanos de barroquismo salomónico donde no faltan ni los del Circo del Sol pegando volatines. Un frenesí envasado para consumo del cinéfilo ludópata que acabe de echarse unas partidas a, por ejemplo, Legacy of Kain o Painkiller Tampoco mejora la cosa una banda sonora ridículamente aflamencada, un Hyde aún más cutre y anabolizado que el de La Liga de los Hombres Extraordinarios y una explicación peregrina de los orígenes de Van Helsing. Por supuesto, la tarde de los sábados está salvada y las vampiresas de dulce pero, ¿merecía la pena molestar en sus panteones a un puñado de mitos para esta operación palomitera? Las películas de terror se están volviendo burlescas. El público quiere distraerse en lugar de aterrorizarse. El horror es la clave, no las sangrías o los respingos. Había muy poca violencia y sangre en Frankenstein El Monstruo era un caballero ¿Que quién dijo estas palabras? Un tal Karloff, por si alguien por el gallinero se acuerda de quién es. ELENA ANAYA Colmillos palentinos en Hollywood J. C. ¿Quién le iba a decir a esta palentina del 75 que seguiría el reguero de sangre (mas sangre enamorada, parafraseando al poeta) dejado por Helen Chandler, Hazel Court, Ingrid Pitt, Susan Denberg, Martita Hunt, Monica Bellucci y otras chicas Vlad Y a nosotros, desde luego, porque pocas pistas draculinas había en su filmografía, a pesar de su look vamp y mordedor en Lucía y el sexo su vuelo y enaguas de época en El invierno de las Anjanas y los escalofríos que daba El árbol del penitente Sin embargo, Stephen Sommers sí que lo tuvo claro desde el primer momento: Nos mandó una cinta desde Madrid y, cuando la vi pensé: Ya está, es ella, sexy, preciosa y un poco loca Cogí un avión a Londres para conocerla. Y, cuando entró en la habitación, supe que no me había equivocado Incluso le amplió las líneas de guión de su personaje y le reservó la pelea femenina estelar del filme, con una Kate Beckinsale que también enseña las garras sin tapujos. Pocas veces una actriz española había llegado tan lejos en Hollywood- Transilvania. Y lo que le queda, porque Viggo Mortensen y Gary Oldman (otro con el carnet de Drácula) ya la esperan a la vuelta de la esquina. Y lo mejor es que la chica es prácticamente vegetariana...

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