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ABC CORDOBA 07-12-2003 página 68
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68 Espectáculos DOMINGO 7 12 2003 ABC Muere García Segura, prolífico compositor del cine español b Autor de la música de cerca de doscientas películas a lo largo de más de treinta años, escribió también numerosas canciones, muchas de ellas para Sara Montiel ABC MADRID. El músico Gregorio García Segura, que destacó como uno de los más prolíficos compositores de nuestro cine, ha fallecido a los 74 años. Escribió la música de cerca de doscientas películas a lo largo de más de tres décadas, y trabajó al lado de directores como Juan de Orduña, Rafael Gil, Tulio Demicheli, Ladislao Vajda, Juan Antonio Bardem, Mario Camus, Jaime Chávarri o Mariano Ozores. Estuvo también muy vinculado a la actriz Sara Montiel, para quien escribió muchas canciones desde que colaborara en la película La violetera Gregorio García Segura nació en Cartagena (Murcia) el 13 de febrero de 1929. Pertenecía a una familia de músicos, y tras estudiar en el Conservatorio de su localidad natal con Ramón Sáez de Adana y Ricardo Dorado, pronto destacó como pianista. Su interés por el teatro musical le llevó a realizar incluso giras con compañías de revista. En 1949 se trasladó a Madrid para ampliar sus estudios de música, que compaginó con trabajos como pianista en diversas salas de fiesta y como arreglista en la editorial Hispania. Contactos del rodaje de El millón de Madigan Aparecen Dustin Hoffman, Gustavo Rojo (con bigote) y Fernando Hilbeck Justo antes de rodar El graduado Dustin Hoffman protagonizó en España El millón de Madigan una mísera coproducción con Italia, cuyo productor español era Sydney Pink, quien luego le rechazaría para la siguiente película porque... ¡Ese tío es demasiado pequeño! Dustin Hoffman, antes de graduarse TEXTO: ENRIQUE HERREROS Zatoichi del japonés Kitano, mejor película del Festival de Sitges JOSÉ EDUARDO ARENAS SITGES. El parto ha tenido que ser morrocotudo para los jurados de Festival de Cine de Sitges, tanto por la cantidad como por la calidad de películas que se ha podido ver este año. Sólo así puede llegarse a la conclusión de que la película francesa Alta tensión se alzara con premios como el de mejor director (Alexandre Aja) Lo que no está tan claro es el galardón otorgado a la mejor actriz, Cécile de France. Lo de Takeshi Kitano es punto y aparte dentro de este festival. Se le adora con la misma intensidad que a Tarantino. En esta ocasión se han repartido los amores del público, también el premio del público: Kitano con Zatoichi y Tarantino con Kill Bill Ambas estupendas y con las salas abarrotadas. Kitano obtuvo además, el galardón más importante, a la mejor película, y el de la banda sonora. MADRID. Poco después del hundimiento del imperio de Samuel Bronston (cuya última y espectacular puesta en escena hubiera sido la clausura de la convención mundial de La caída del Imperio romano cuya cena de gala se canceló, de prisa y corriendo, por el asesinato del presidente John F. Kennedy) surgiría en determinados puntos de la zona norte de esta hospitalaria capital un productor de pacotilla, llamado Sydney Pink. Se trata del mismo que, nada más terminar Bronston su bien logrado El Cid se acopló con Espartaco Santoni para producir El valle de las espadas utilizando para ello parte del vestuario y del atrezzo creados para la gran película de Anthony Mann. Estos dos gestores consiguieron el material a precios de saldo, al mismo tiempo que mojaban a cualquier débil de voluntad con generosos regalitos, emulando con ello al más pícaro de nuestros lazarillos. Mr. Pink y Las siete magnificas Más o menos en esos tiempos, el tal Mr. Pink nos pidió a Roberto L. Rooney y a mí que le promocionáramos el comienzo del rodaje de The Tall Women una especie de spaghetti- western en el que intervendría Anne Baxter (la de Cayo Largo espaguetada a la que rebautizó con el título de Las siete magníficas para aprovecharse del éxito del filme de Yul Brynner y Steve McQueen. Para armar ruido nos pidió que le organizasemos una reunión con la prensa en el gran comedor del Richmond... La dueña del local- -la recordada Mayte- -tuvo que recurrir a su reconocido tesón para poder cobrar la cuenta. Pero el quid de esta nota será recordar que el ya bien definido Mr. Sydney Pink, también en 1967, se puso a producir El millón de Madigan bajo las normas y regulaciones de aquellas coproducciones con Italia, donde los italianos sólo ponían el co y los españoles, toda la producción Presentaría el proyecto rodeado de un elenco españolizado en el que intervenían Gustavo Rojo, mexicano, Gerard Tichy, alemán, y Fernando Hilbeck, peruano; junto con José María Cafarell y otros españoles. Aclararemos que los dos protagonistas eran un tal Dustin Hoffman, entonces nuevo en la plaza cinematográfica, acompañado por una fascinante figurita de la pantalla como fue la bella Elsa Martinelli. La película se filmaría entre Roma (Estudios Paulis) y Madrid, (Estudios Roma) Lo más curioso de esta narración sucedió cuando terminó el rodaje. Mi recordado amigo José María Elorrieta, que había dirigido algunas películas para Mr. Pink por necesidades laborales, al ver la hechura de buen intérprete que mostraba Hoffman, le propuso que le hiciera una prueba para poderlo incluir en un próximo proyecto. Dustin era un actor bueno y barato- b- b eran siglas más seductoras para Sydney Pink, incluso más que las de la propia Brigitte Bardot B- B En esos días el actor deambulaba por los pasillos de los Estudios Roma más solo que la una, pues únicamente entabló amistad con su compañero de reparto Fernando Hilbeck, que le haría compañía hasta que llegara Anne Byrne, la bella y altísima mujer que se convertiría en su esposa cuando, años más tarde, ya en pleno triunfo internacional, le acompañó a San Sebastián, mientras filmaba Papillón en Irún y Fuenterrabía para el director Franklin J. Schaffner, junto a Steve McQueen. Hoffman permaneció bastante aislado durante sus días en Guipúzcoa, pero siempre estaba listo y puntual para rodar, aunque nunca quiso recordar su anterior experiencia española. Tan sólo sacó el cuello de su hermetismo para dedicarme, en perfecto español, una foto caracterizado para interpretar El pequeño gran hombre El chasco de José María Elorrieta En fin, cuando Elorrieta lo tenía todo dispuesto para rodar la referida prueba, Mr. Pink acababa de visionar el copión de trabajo de El millón de Madigan y le dijo, tajante y convencido: That guy is too short for my new picture! ¡Ese tío es demasiado pequeño para mi nueva película! y dejó al actorcito compuesto, sin prueba, ni dar más explicaciones. Sin embargo, nada más terminar su labor (según el plan de producción Hoffman tenía 33 sesiones en la película) el actor tomó un avión que le devolvería a California, donde su agente le esperaba con un contrato bajo el brazo para ser dirigido, nada menos que por Mike Nichols, que ya había triunfado con ¿Quién teme a Virginia Woolf? Para su tranquilidad de actor, no tendría que volver a ser dirigido por otro Giorgio Gentili, como en la co- producción de Madrid. Hollywood le esperaba con los brazos abiertos; dos actrices importantes, madre e hija en la trama, que se disputarían su pasión, iban a ser Anne Bancroft (que ya había logrado el Oscar con El milagro de Anna Sullivan y Katherine Ross, una cara recién descubierta por Hollywood con un brillante porvenir. El graduado (1967) fue un gran éxito en todo el mundo; el cine Gran Vía de Madrid la tuvo en cartel muchos me- Tras el rechazo de Pink, Hoffman volvió a California, donde le esperaba Mike Nichols para rodar El graduado película que le catapultó al estrellato En esos días, Hoffman deambulaba por los pasillos de los Estudios Roma más solo que la una, pues únicamente entabló amistad con su compañero de reparto Fernando Hilbeck

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